II Macabeos
A los hermanos judíos que moran en Egipto, los judíos sus hermanos de Jerusalén y de la Judea, salud y completa felicidad.
Se lee en los escritos del profeta Jeremías, cómo mandó él a los que eran conducidos al cautiverio de Babilonia, que tomasen el fuego sagrado del modo que queda referido, y cómo prescribió varias cosas a aquellos que eran llevados cautivos.
En el tiempo, pues, que la ciudad santa gozaba de una plena paz, y que las leyes se observaban muy exactamente por la piedad del sumo sacerdote Onías, y el odio que todos tenían a la maldad,
Mas el mencionado Simón, que en daño de la patria había denunciado aquel tesoro, hablaba mal de Onías, como si éste hubiese instigado a Heliodoro a hacer tales cosas, y sido el autor de aquellos males;
Se hallaba Antíoco por este mismo tiempo haciendo los preparativos para la segunda expedición contra Egipto.
De allí a poco tiempo envió el rey un senador de Antioquía, para que compeliese a los judíos a abandonar las leyes de su Dios y de sus padres,
Además de lo referido aconteció que fueron presos siete hermanos con su madre; y quiso el rey, a fuerza de azotes y tormentos con nervios de toro obligarlos a comer carne de cerdo, contra lo prohibido por la ley.
Entretanto Judas Macabeo y los que lo seguían entraban secretamente en las poblaciones, y convocando a sus parientes y amigos, y tomando consigo a los que habían permanecido firmes en la religión judaica, juntaron hasta seis mil hombres.
A este tiempo volvía Antíoco ignominiosamente de la Persia;
Entretanto, el Macabeo, y los que le seguían, protegidos del Señor, recobraron el templo y la ciudad,
Pero poco tiempo después Lisias, ayo del rey y su pariente, que tenía el manejo de los negocios del reino, sintiendo mucho pesar por lo que había acaecido,
Concluidos estos tratados, se volvió Lisias para el rey, y los judíos se dedicaron a cultivar sus tierras.
El año ciento cuarenta y nueve supo Judas que Antíoco Eupátor venía con un gran ejército contra la Judea,
Pero de allí a tres años Judas y su gente entendieron que Demetrio, hijo de Seleuco, habiendo llegado con muchas naves y un numeroso ejército al puerto de Trípoli, se había apoderado de los puestos más ventajosos,
Luego que Nicanor tuvo noticia que Judas estaba en tierra de Samaria, resolvió acometerlo con todas sus fuerzas en un día de sábado,