Isaías, 54
[1] Regocíjate, pues, ¡oh estéril!, tú que no pares; canta himnos de alabanza y de júbilo tú que no eres fecunda, porque ya son muchos más los hijos de la que había sido desechada, que los de aquella que tenía marido, dice el Señor. •
[2] Toma un sitio más espacioso para tus tiendas, y extiende cuanto puedas las pieles o cubiertas de tus pabellones, alarga tus cuerdas, y afianza más tus estacas. •
[3] Porque tú te extenderás a la derecha y a la izquierda; y tu prole señoreará las naciones, poblará las ciudades ahora desiertas. •
[4] No temas, no quedarás confundida, ni sonrojada, ni tendrás de qué avergonzarte; porque ni memoria conservarás de la confusión de tu mocedad, ni te acordarás más del oprobio de tu viudez. •
[5] Pues será tu dueño y esposo aquel Señor que te ha creado, cuyo nombre es el Señor de los ejércitos; y tu redentor, el Santo de Israel, será llamado el Dios de toda la tierra. •
[6] Porque el Señor te ha llamado a sí cuando eras como una mujer desechada, y angustiada de espíritu, como una mujer que ha sido repudiada desde su tierna edad, dice tu Dios. •
[7] En efecto, por un momento, por poco tiempo te desamparé, dice el Señor; mas ahora yo te reuniré a mí, usando de gran misericordia.
[8] En el momento de mi indignación aparté de ti mi rostro por un poco; pero en seguida me he compadecido de ti con eterna misericordia, dice el Señor que te ha redimido.
[9] Hago lo que en los días de Noé , a quien juré que no derramaría más sobre la tierra las aguas del diluvio, así yo juro no enojarme contigo ni vituperarte más. •
[10] Aun cuando los montes sean conmovidos, y se estremezcan los collados, mi misericordia no se apartará de ti, y será firme la alianza de paz que he hecho contigo, dice el Señor, compadecido de ti. •
[11] Pobrecilla, combatida tanto tiempo de la tempestad, privada de todo consuelo. Mira, yo mismo colocaré por orden las piedras, y te edificaré sobre zafiros, •
[12] y haré de jaspe tus baluartes, y de piedras de relieve tus puertas, y de piedras preciosas todos tus recintos. •
[13] Tus hijos todos serán adoctrinados por el mismo Señor, y gozarán abundancia de paz, o completa prosperidad. •
[14] Y tendrás por cimientos la justicia; estarás segura de la opresión, y no tendrás que temerla; y del espanto, el cual no tendrá lugar en ti. •
[15] He aquí que vendrá el forastero que no estaba conmigo; se unirá contigo aquel que en otro tiempo era para ti extranjero. •
[16] Sábete que yo he creado el herrero que soplando con los fuelles enciende los carbones para formar un instrumento para la obra suya, y yo creé también al matador que lo emplea después para matar a los hombres. •
[17] Ningún instrumento preparado contra ti te hará daño; y tú condenarás toda lengua que se presente en juicio contra ti. Esta es la herencia de los siervos del Señor, y ésta es la justicia que deben esperar de mí, dice el Señor. •