Hebreos
Dios, que en otro tiempo habló a nuestros padres en diferentes ocasiones y de muchas maneras por los profetas,
Por tanto, es menester que observemos con mayor empeño las cosas que hemos oído de su boca, a fin de que no quedemos por desgracia del todo vacíos.
Por lo cual vosotros, mis santos hermanos, partícipes que sois de la vocación celestial, poned los ojos en Jesús , apóstol y sumo sacredote de nuestra profesión, o religión santa,
Temamos, pues, que haya alguno entre nosotros que sea excluido de la entrada en el descanso de Dios, por haber despreciado la promesa que de él se nos había hecho.
Porque todo sumo sacerdote entresacado de los hombres, es puesto para beneficio de los hombres, en lo que mira al culto de Dios, a fin de que ofrezca dones y sacrificios por los pecados,
Dejemos, pues, a un lado las instrucciones que se dan a aquellos que comienzan a creer en Jesucristo, y elevémonos a lo que hay de más perfecto, sin detenernos en echar de nuevo el fundamento hablando de la penitencia de las obras muertas o pecados anteriores al bautismo , de la fe en Dios,
En efecto, este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios altísimo, es el que salió al encuentro a Abrahán cuando volvía victorioso de la derrota de los cuatro reyes, y el que le bendijo;
En suma, cuanto acabamos de decir se reduce a esto: Tenemos un sumo sacerdote tal, que está sentado a la diestra del trono de la majestad de Dios en los cielos,
Es verdad que tuvo el primer Testamento o alianza reglamentos sagrados del culto y un santuario terrestre y temporal.
Porque no teniendo la ley más que la sombra de los bienes futuros, y no la realidad misma de las cosas, no puede jamás por medio de las mismas víctimas, que no cesan de ofrecerse todos los años, hacer justos y perfectos a los que se acercan al altar y sacrifican;
Es, pues, la fe el fundamento o firme persuasión de las cosas que se esperan, y un convencimiento de las cosas que no se ven.
Ya que estamos, pues, rodeados de una tan grande nube de testigos, descargándonos de todo peso, y de los lazos del pecado que nos tiene ligados, corramos con aguante al término del combate, o la meta o hito, que nos es propuesto,
Conservad siempre la caridad para con vuestros hermanos.