Amos, 5
[1] Escuchad estas palabras con que voy a formar una lamentación sobre vosotros: La casa de Israel cayó, y no volverá más a levantarse. •
[2] La virgen (el florido reino) de Israel ha sido arrojada por tierra, y no hay quien la levante. •
[3] Porque esto dice el Señor Dios: La ciudad de Israel de la cual salían mil hombres, quedará reducida a ciento, y aquella de la cual salían ciento, quedará reducida a diez, esto sucederá en la familia de Israel. •
[4] Pero el Señor dice a la casa de Israel: Buscadme y viviréis.
[5] Y no os cuidéis de Betel, ni vayáis a Gálgala, ni paséis por Bersabee, porque Gálgala será llevada al cautiverio, y Betel quedará vacía. •
[6] Buscad al Señor, y tendréis vida, no sea que por desgracia arda como el fuego la casa de José, o Efraín, y devore a Betel sin que haya quien le apague. •
[7] ¡Oh vosotros, que convertís el juicio en amargura de ajenjo, y echáis a rodar la justicia!, •
[8] buscad al que creó el Arturo y el Orión, al que cambia las tinieblas en la luz de la mañana, y el día en noche; al que llama las aguas del mar hacia lo alto, y las derrama después sobre la tierra, y cuyo nombre es el Señor. •
Las siete estrellas de su constelación.
[9] A aquel que como por juguete derriba al suelo los valientes, y hace que sean entregados al saqueo los poderosos. •
[10] Aborrecieron los de la casa de Israel al que los amonestaba en los concursos públicos, y han abominado que les hablaba en mi Nombre la verdad. •
[11] Por tanto, ya que vosotros despojabais al pobre, le quitabais lo mejor que tenía, edificaréis casas de piedra de sillería, mas no las habitaréis; y plantaréis viñas excelentes, pero no llegaréis a beber su vino. •
[12] Porque tengo sabidas vuestras muchas maldades y vuestros escandalosos delitos. Enemigos sois de la justicia, codiciosos de recibir dones, opresores de los pobres en los tribunales. •
[13] Por este motivo el prudente callará en aquel tiempo, porque es tiempo aciago. •
[14] Buscad el bien, no el mal, a fin de que tengáis vida; y así estará con vosotros el Señor Dios de los ejércitos, como decís que está. •
[15] Aborreced el mal, y amad el bien, y restableced la justicia en el foro; y el Señor Dios de los ejércitos tendrá tal vez misericordia de los restos del linaje de José. •
[16] Por tanto, esto dice el Señor Dios de los ejércitos, el Dominador del mundo: En todas las plazas habrá lamentos, y en todos los lugares fuera de la ciudad se oirán ayes; y serán convidados los labradores a llorar, y a hacer el duelo los que saben plañir. •
[17] Y en todas las viñas se oirán lamentos, porque yo pasaré por en medio de vosotros, dice el Señor. •
[18] ¡Ay de aquellos que por mofa desean el día del Señor! ¿Por qué lo deseáis? Día de tinieblas será aquel para vosotros, y no de luz. •
[19] Os sucederá lo que a un hombre que huyendo de la vista de un león diere con un oso; o entrando en su casa, al apoyarse con su mano en la pared, fuese mordido de una culebra. •
[20] ¿Por ventura aquel día del Señor no será día de tinieblas, y no de luz; y no reinará en él una suma oscuridad, sin rastro de resplandor?
[21] Yo aborrezco y desecho vuestras festividades, y no me es agradable el olor de los sacrificios en vuestras reuniones. •
[22] Y cuando vosotros me presentareis vuestros holocaustos y dones, yo no los aceptaré, ni volveré mi vista hacia las gordas víctimas que me ofreceréis en voto. •
[23] Lejos de mí vuestros tumultuosos o estrepitosos himnos; yo no escucharé las canciones al son de vuestra lira; •
[24] sino que la venganza mía se derramará como agua, y la justicia cual torrente impetuoso. •
[25] ¿Por ventura, ¡oh casa de Israel!, me ofrecisteis vosotros, durante los cuarenta años en el desierto, gran multitud de hostias y sacrificios? •
[26] Vosotros llevabais el tabernáculo de vuestro dios Moloc, y los simulacros de vuestros ídolos, la estrella de vuestro dios Saturno, hechuras de vuestras manos. •
[27] Yo haré, pues, que seáis transportados más allá de Damasco a la Asiria, dice el Señor, el Señor cuyo nombre es Dios de los ejércitos. •