Romanos, 12
[1] Ahora, pues, hermanos míos, os ruego encarecidamente, por la misericordia de Dios, que le ofrezcáis vuestros cuerpos como una hostia o víctima viva, santa y agradable a sus ojos, que es el culto racional que debéis ofrecerle. •
[2] Y no queráis conformaros con este siglo, antes bien transformaos con la renovación de vuestro espíritu; a fin de acertar qué es lo bueno, y lo más agradable, y lo perfecto que Dios quiere de vosotros. •
[3] Por lo que os exhorto a todos vosotros, en virtud del ministerio que por gracia se me ha dado, a que en vuestro saber o pensar, no os levantéis más alto de lo que debéis, sino que os contengáis dentro de los límites de la moderación, según la medida de fe que Dios ha repartido a cada cual. •
[4] Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, mas no todos los miembros tienen un mismo oficio,
[5] así nosotros, aunque seamos muchos, formamos en Cristo un solo cuerpo, siendo todos recíprocamente miembros los unos de los otros.
[6] Tenemos por tanto dones diferentes, según la gracia que nos es concedida; por lo cual el que ha recibido el don de profecía, úselo siempre según la regla de la fe; •
[7] el que ha sido llamado al ministerio de la Iglesia, dedíquese a su ministerio; el que ha recibido el don de enseñar, aplíquese a enseñar,
[8] el que ha recibido el don de exhortar, exhorte; el que reparte limosna, que la dé con sencillez; el que preside o gobierna, sea con vigilancia; el que hace obras de misericordia, hágalas con apacibilidad y alegría.
[9] El amor sea sin fingimiento. Tened horror al mal, y aplicaos perennemente al bien, •
[10] amándoos recíprocamente con ternura y caridad fraternal, procurando anticiparos unos a otros en las señales de honor y de deferencia. •
[11] No seáis flojos en cumplir vuestro deber; sed fervorosos de espíritu, acordándoos que el Señor es a quien servís.
[12] Alegraos con la esperanza del premio; sed pacientes en la tribulación; en la oración continuos;
[13] caritativos para aliviar las necesidades de los santos, o fieles; prontos a ejercer la hospitalidad. •
[14] Bendecid a los que os persiguen; bendecidlos, y no los maldigáis. •
[15] Alegraos con los que se alegran y llorad con los que lloran.
[16] Estad siempre unidos en unos mismos sentimientos y deseos, no buscando cosas altas, sino acomodándoos a lo que sea más humilde. No queráis teneros dentro de vosotros mismos por sabios o prudentes. •
[17] A nadie volváis mal por mal, procurando obrar bien no sólo delante de Dios sino también delante de todos los hombres. •
[18] Vivid en paz si se puede, y cuanto esté de vuestra parte con todos los hombres. •
[19] No os venguéis vosotros mismos, queridos míos, sino dad lugar a que se pase la cólera; pues está escrito: A mí toca la venganza; yo haré justicia, dice el Señor. •
[20] Antes bien si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; que con hacer eso, amontonarás ascuas encendidas sobre su cabeza. •
[21] No te dejes vencer del mal, o del deseo de venganza, mas procura vencer al mal con el bien, o a fuerza de beneficios. •