II Samuel
Muerto Saúl, hacía ya dos días que David se hallaba en Siceleg, de vuelta de la derrota de los amalecitas,
Después de todo esto, consultó David al Señor, diciendo: ¿Iré a alguna de las ciudades de Judá? Le respondió el Señor: Ve. Preguntó más David: ¿A cuál? Dijo el Señor: A Hebrón.
Duró, pues, largo tiempo la lucha entre la casa de Saúl y la casa de David. Pero David iba siempre adelantado, y haciéndose más fuerte, mientras que la casa de Saúl iba decayendo cada día.
Cuando Isboset, hijo de Saúl, oyó que Abner había perecido en Hebrón, desmayó su corazón y todo Israel quedó consternado.
Después de esto se presentaron todas las tribus de Israel a David en Hebrón, diciendo: Aquí nos tienes; hueso tuyo y carne tuya somos.
Reunió después David nuevamente todos los soldados más escogidos de Israel en número de treinta mil;
Estando ya el rey David de asiento en su casa, y habiéndole concedido el Señor paz por todas partes con todos sus enemigos,
Después de esto derrotó David a los filisteos, y los humilló, y les arrancó de la mano el freno del tributo.
Dijo también David: ¿Si habrá quedado alguno de la casa de Saúl, a quien pueda yo hacer bien por amor de Jonatás?
Aconteció después de esto que murió el rey de los hijos de Amón, y lo sucedió en el trono su hijo Hanón.
Y acaeció a la vuelta de un año, al tiempo que suelen los reyes salir a campaña, que David envió a Joab y con él a sus oficiales, y a todo el ejército de Israel, a talar el país de los amonitas, y sitiaron a Rabba, su capital. David se quedó en Jerusalén .
El Señor, pues, envió Natán a David, al cual dijo Natán luego de llegado: Había dos hombres en una ciudad de tu reino, el uno rico y el otro pobre.
Sucedió después que Amnón, hijo de David, se enamoró de una hermana de Absalón, también hijo de David, llamada Tamar, la cual era en extremo hermosa;
Advirtiendo, pues, Joab, hijo de Sarvia, que el corazón del rey se inclinaba ya a Absalón,
Después de esto Absalón se equipó de carrozas, tomó gentes de a caballo, y cincuenta guardias que fuesen corriendo delante de él.
Apenas hubo David bajado un poco de la cima del monte, se dejó ver Siba, criado de Mifiboset, que venía a su encuentro con dos asnos cargados de doscientos panes, y cien hilos de pasas, y cien panes de higos secos, y un pellejo de vino.
Dijo, pues, Aquitofel a Absalón: Escogeré doce mil hombres, y partiré esta noche a perseguir a David;
David, pues, habiendo pasado revista a su gente, eligió tribunos y centuriones que la mandasen.
Y avisaron a Joab que el rey estaba llorando y que hacía duelo por su hijo;
Aconteció que se hallaba allí un hombre malvado, un hijo de Belial llamado Seba, hijo de Bocri, de la tribu de Benjamín; el cual tocó la trompeta, diciendo: Nada tenemos que hacer con David, ni que esperar cosa alguna del hijo de Isaí; vuélvete, Israel, a tu casa.
Hubo también hambre en tiempo de David por tres años continuos; sobre lo cual consultó David el oráculo del Señor. Y le respondió el Señor: Esto sucede por causa de Saúl y de su casa sanguinaria; porque mató él a los gabaonitas.
Cantó David asimismo al Señor las palabras de este cántico el día en que le hubo librado el Señor de las manos de todos sus enemigos y de la persecución de Saúl.
Estas son las últimas palabras proféticas de David. Dijo David, hijo de Isaí: Dijo el varón a quien fue dada palabra o promesa del cristo o ungido del Dios de Jacob ; dijo el egregio cantor de Israel:
Se encendió de nuevo el furor del Señor contra Israel; y así permitió para su daño que David mandase hacer el censo de toda la gente de Israel y de Judá.