Salmos, 78
[1] Oh Dios, los gentiles han entrado en tu heredad; han profanado tu santo templo; han dejado a Jerusalén como una barraca de hortelano. •
[2] Los cadáveres de tus siervos los han arrojado para pasto de las aves del cielo, han dado las carnes de sus santos a las bestias de la tierra. •
[3] Como agua han derramado la sangre suya alrededor de Jerusalén , sin que hubiese quién los sepultase.
[4] Somos el objeto de oprobio para con nuestros vecinos, el escarnio y la mofa de nuestros comarcanos. •
[5] ¿Hasta cuándo, Señor, durará tu implacable enojo? ¿Hasta cuándo arderá como fuego ese tu celo? •
[6] Descarga tu ira sobre las naciones que no te conocen, y sobre los reinos que no adoran tu Nombre; •
[7] pues han asolado a Jacob y devastado su morada. •
[8] ¡Ah!, no te acuerdes de nuestras antiguas maldades; que se anticipe a favor nuestro cuanto antes tu misericordia, pues nos hallamos reducidos a una extrema miseria. •
[9] Ayúdanos ¡oh Dios, salvador nuestro!, y por la gloria de tu Nombre líbranos, Señor; y perdónanos nuestros pecados por amor de tu Nombre. •
O quedaron derrotados. La tribu de Efraín sobresalía por sus guerreros. Dt. 33, 17; 34, 2; 2Sm. 4, 10.
[10] No sea que se diga ante los gentiles: ¿Dónde está el Dios de ésos? Brille, pues, entre las naciones, y vean nuestros ojos la venganza que tomas de la sangre de tus siervos, que ha sido derramada. •
[11] Asciendan ante tu acatamiento los gemidos de los encarcelados. Conserva con tu brazo poderoso los hijos de aquellos que han sido sacrificados a la muerte. •
[12] Págales, Señor, a nuestros vecinos con males siete veces mayores, por las blasfemias que contra ti han vomitado. •
Ciudad antigua del Egipto inferior, en el delta del Nilo. Nm. 13, 23; Is. 19, 13; Ez. 30, 14.
[13] Entretanto nosotros, pueblo tuyo y ovejas de tu grey, cantaremos perpetuamente tus alabanzas; de generación en generación publicaremos tus glorias. •
Como si estuviesen junto a un caudaloso río. Ex. 17, 6.
Mensajeros de desgracia se refiere al ángel exterminador, que personifica los diversos males enviados como castigo por Dios. Ex. 12, 23.