Job, 26
[1] A esto replicó Job, diciendo: •
[2] ¿A quién quieres tú auxiliar? ¿Acaso a un débil? O ¿tal vez quieres sostener el brazo de quien no tiene bastante fuerza?
[3] ¿A quién das consejo tú? ¿Acaso al que no tiene sabiduría? ¿Quieres tú ostentar una grandísima prudencia?
[4] ¿A quién has querido tú enseñar? ¿No ha sido aquel que creó los espíritus? •
[5] Mira cómo los gigantes gimen en los abismos debajo de las aguas, con los otros que están encerrados con ellos. •
Sección de gran vigor y belleza. Sa. 14, 16.
[6] El infierno está patente a sus ojos, y está encubierto a su vista el abismo de la perdición. •
[7] El es quien extendió sobre vacío el septentrión y tiene suspendida la tierra en el aire. •
Sin punto de apoyo. Se puede traducir Y fundó la tierra sobre la nada.
[8] El es quien contiene las aguas en las nubes, para que no se precipiten de golpe hacia abajo; •
[9] el que impide la vista de su trono y le cubre con las nieblas que forma; •
[10] el que puso términos o lindes a las aguas del mar para mientras duren en el mundo la luz y las tinieblas. •
[11] Las columnas del cielo se estremecen y tiemblan a una mirada suya. •
[12] A la fuerza de su poder fueron reunidos en un instante los mares, y su sabiduría dominó al orgulloso mar. •
[13] Su espíritu hermoseó los cielos; y con la virtud de su mano fue sacada a la luz la tortuosa culebra. •
Paralelismo entre la actividad creadora y embellecedora de Dios, y su acción de contrarrestar la presencia insidiosa del mal.
[14] Todo lo dicho hasta aquí es una pequeña parte de sus grandes obras; mas si esto que hemos oído es solamente una pequeñísima muestra de las infinitas cosas que pueden decirse de él, ¿quién podrá sostenerse firme al trueno de su grandeza? •