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Jeremías, 51


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[1] Esto dice el Señor: He aquí que yo levantaré un viento pestífero o destructor contra Babilonia y sus moradores, los cuales se han levantado contra mí.

[2] Y enviaré contra Babilonia aventadores, que la aventarán, y asolarán su país; porque en el día de su tribulación acudirán de todas partes contra ella.

[3] El que apunta el arco, poco importa que no lo apunte, ni que vaya sin coraza; porque la victoria es segura. No tenéis que perdonar a sus jóvenes, matad a todos sus soldados.

[4] Y muertos caerán en tierra de los caldeos, y heridos serán en sus regiones.

[5] Porque no han quedado Israel y Judá abandonados de su Dios, el Señor de los ejércitos; y porque la tierra de los caldeos está llena de pecados contra el Santo de Israel.

[6] Huid, ¡oh judíos!, de en medio de Babilonia, y ponga cada cual a salvo su propia vida; no seáis indolentes en orden a su iniquidad; porque ha llegado el tiempo de la venganza del Señor, el cual le dará su merecido.

[7] Babilonia ha sido hasta ahora en la mano del Señor como un cáliz de oro para embriagar o hacer beber su ira a toda la tierra. Todas las naciones bebieron de su vino, y quedaron como fuera de sí.

[8] Babilonia ha caído repentinamente, y se ha hecho pedazos, prorrumpid en alaridos sobre ella; tomad bálsamo para sus heridas, por si tal vez puede curarse.

[9] Hemos dado medicinas a Babilonia, y no ha curado, dicen sus amigos; abandonémosla, pues, y volvámonos cada cual a su tierra; pues sus delitos subieron más allá de las nubes, llegaron hasta el cielo.

[10] El Señor ha hecho aparecer nuestra justicia, venid y publiquemos en Sión la obra del Señor Dios nuestro.

[11] Aguzad, ¡oh babilonios!, vuestras saetas, llenad de ellas vuestras aljabas. El Señor ha suscitado el espíritu de los reyes de la Media, y ha tomado ya su resolución de arruinar a Babilonia; porque el Señor debe ser vengado, debe ser vengado su templo.

[12] Levantad enhorabuena las banderas sobre los muros de Babilonia, aumentad la guarnición, poned centinelas, disponed emboscadas; pero el Señor ha decretado y ejecutará todo cuanto predijo contra los habitantes de Babilonia.

[13] ¡Oh tú, que tienes tu asiento entre abundancia de aguas, colmada de riquezas!, tu fin ha llegado, ha llegado el punto fijo de tu destrucción.

[14] El Señor de los ejércitos ha jurado por sí mismo, diciendo: Yo te inundaré de una turba de hombres asoladores como langostas; y se cantará contra ti la canción de la vendimia o del castigo.

[15] El es el que con su poderío hizo la tierra, y el que con su sabiduría dispuso el mundo, y extendió los cielos con su inteligencia.

[16] A una voz suya se congregan las aguas en el cielo; él hace venir del cabo del mundo las nubes; deshace en lluvia los relámpagos y saca de sus tesoros el viento.

[17] En necio paró todo hombre con su saber. La estatua misma del ídolo es la confusión de todo artífice; porque cosa mentirosa es la obra que él ha hecho; no hay en ella espíritu de vida.

[18] Obras vanas son ésas y dignas de risa o desprecio, ellas perecerán en el tiempo del castigo.

[19] No es como las tales obras aquel que es la porción o la herencia de Jacob ; pues él es quien ha formado todas las cosas, e Israel es su reino hereditario. Señor de los ejércitos es el nombre suyo.

[20] Tú, ¡oh Babilonia!, has sido para mí el martillo con que he destrozado las gentes belicosas; y por medio de ti yo arruinaré naciones, y asolaré reinos;

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Je. 50, 23.

[21] y por tu medio acabaré con los caballos y caballeros, y con los carros armados y los que los montan.

[22] Por medio de ti acabaré con hombres y mujeres; por medio de ti acabaré con viejos y niños; y acabaré por tu medio con los jóvenes y doncellas.

[23] Por tu medio acabaré con el pastor y con su grey, y por tu medio acabaré con el labrador y con sus yuntas, y acabaré por tu medio con los caudillos y los magistrados.

[24] Y después, ante vuestros ojos, yo pagaré a Babilonia y a todos los moradores de la Caldea todo el mal que hicieron contra Sión, dice el Señor.

[25] Aquí estoy yo contra ti, dice el Señor, ¡oh monte pestífero que profanas toda la tierra!, y extenderé contra ti mi mano, y te precipitaré de entre tus peñas, y te haré semejante a un monte consumido por las llamas.

[26] No se sacará de ti ni piedra útil para una esquina, ni piedra para cimientos; sino que quedarás destruido para siempre, dice el Se-ñor.

[27] Alzad bandera en la tierra, haced resonar la trompeta entre las naciones, preparad los pueblos a una guerra sagrada contra Babilonia; llamad contra ella a los reyes de Ararat, de Menni y de Ascenez; alistad contra ella los soldados de Tafsar; poned en campaña caballos como un ejército de langostas armadas de aguijones.

[28] Preparad a la guerra sagrada contra ella a los pueblos, y a los reyes de la Media, y a sus capitanes, y a todos sus magnates, y a todas las provincias que le están sujetas.

[29] En seguida será conmovida y conturbada la tierra, porque pronto se cumplirá el decreto del Señor, por el cual el país de Babilonia quedará desierto e inhabitable.

[30] Han abandonado el combate los valientes de Babilonia, se han metido en las fortalezas, se acabó su valor, son ya como mujeres, incendiadas han sido sus casas, y hechos pedazos los cerrojos de sus puertas.

[31] Un correo alcanzará a otro correo, un mensajero a otro mensajero, van a contar al rey de Babilonia que su ciudad ha sido tomada desde un cabo al otro;

[32] y que están tomados los vados del río, y que han incendiado los cañaverales de junto a las lagunas, y que están llenos de turbación todos los guerreros.

[33] Porque esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: La hija de Babilonia será pisada como la mies en la era; ha llegado el tiempo de ser trillada; dentro de poco comenzará la siega.

[34] Nabucodonosor, rey de Babilonia, me ha consumido, me ha devorado; me ha dejado como una vasija vacía de todo; cual dragón me ha tragado; ha llenado su vientre de todo lo que tenía yo más precioso, y me ha echado fuera y dispersado.

[35] Las injusticias cometidas contra mí, dice la hija de Sión, y la carnicería que ha hecho en mis hijos, está clamando contra Babilonia; y la sangre mía, dice Jerusalén , grita contra los habitantes de Caldea.

[36] Por lo tanto esto dice el Señor: He aquí que yo tomaré por mi cuenta tu causa, y te vengaré de los agravios; yo dejaré sin agua su mar, y secaré sus manantiales.

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Tal vez por mar entiende la inmensa población de Babilonia.

[37] Y quedará Babilonia reducida a un montón de escombros, guarida de fieras, objeto de pasmo y de escarnio; pues permanecerá inhabitada.

[38] Rugirán los caldeos todos a una como leones; sacudirán sus melenas como vigorosos leoncitos.

[39] Los dejaré que se calienten en sus banquetes, y que se embriaguen; para que, aletargados, duerman un sueño perdurable, del cual no despierten ya, dice el Señor.

[40] Los conduciré como corderos al matadero, y como carneros y cabritos.

[41] ¡Cómo ha sido tomada Sesac y vencida la más esclarecida entre las ciudades de la tierra!; ¡cómo ha venido a ser aquella gran Babilonia el asombro de todos los pueblos!

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Elegía irónica por la ciudad destruida.

[42] Un mar ha inundado a Babilonia, y la cantidad de sus olas la ha ahogado.

[43] Sus ciudades se han hecho un objeto de terror, un terreno inhabitable y desierto, en el cual no viva nadie, ni transite por él persona alguna.

[44] Y castigaré a Bel en Babilonia, y le haré vomitar lo que ha engullido, y de allí en adelante no concurrirán a él las naciones; pues hasta los muros de Babilonia serán arrasados.

[45] Salta de ella, ¡oh pueblo mío!, salve cada cual su vida de la terrible ira del Señor.

[46] Y procurad que no desmaye vuestro corazón, y no os amedrenten las nuevas que correrán por el país; un año vendrá una noticia, y después de este año otra noticia, y se verá la maldad u opresión en la tierra, y a un dominador seguirá otro dominador.

[47] Pues entonces llegará el tiempo en que yo destruiré los ídolos de Babilonia, y quedará llena de confusión toda su tierra, en medio de la cual caerán muertos todos sus ciudadanos.

[48] Los cielos y la tierra, y cuanto hay en ellos cantarán alabanzas al Señor por lo sucedido a Babilonia; porque del norte le vendrán sus destructores, dice el Señor.

[49] Y al modo que Babilonia hizo morir a tantos en Israel, así los de Babilonia se verán caer muertos por todo el país.

[50] Vosotros que huisteis de la espada, venid, no os paréis, desde lejos acordaos del Señor, y ocupe otra vez Jerusalén todo vuestro corazón.

[51] Avergonzados estamos, ¡oh Señor!, de los oprobios que hemos oído: Se cubrieron de confusión nuestros rostros, porque los extranjeros entraron en el santuario del templo del Señor.

[52] Por eso, dice el Señor, he aquí que llega el tiempo en que yo destruiré sus simulacros, y en todo su territorio se oirán los aullidos de sus heridos.

[53] Aun cuando Babilonia se levantare hasta el cielo, y afianzare en lo alto su fuerza, yo enviaré, dice el Señor, gentes que la destruirán.

[54] Grandes gritos se oirán de Babilonia, y un gran estruendo de tierra de los caldeos,

[55] porque ha asolado el Señor a Babilonia, y ha hecho cesar su orgulloso tono; y será el ruido de sus oleadas semejante al de una gran mole de aguas, tal será el sonido de sus gritos.

[56] Porque ha venido el ladrón sobre ella, esto es, sobre Babilonia, y han sido cogidos sus valientes, cuyo arco se quedó sin fuerza; porque vengador poderoso es el Señor, el cual les dará la paga merecida.

[57] Y embriagaré con el cáliz de mi ira a sus príncipes, y a sus sabios, y a sus capitanes, y a sus magistrados, y a sus campeones, y haré que duerman un sueño perdurable, del cual jamás despertarán, dice el Señor, cuyo nombre es Señor de los ejércitos.

[58] Esto dice el Señor de los ejércitos: Aquel anchísimo muro de Babilonia será arruinado de arriba abajo, y serán abrasadas sus altísimas puertas, y reducido a la nada el trabajo de los pueblos, y a ser pasto de las llamas la faena de las naciones.

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Se cuentan las murallas de Babilonia como una de las maravillas del mundo.

[59] Orden que dio Jeremías profeta a Saraías, hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con el rey Sedecías a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Saraías era el jefe de la embajada.

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Jeremías vaticinaba la destrucción de Babilonia antes que los babilonios arruinasen Jerusalén.

[60] Escribió Jeremías en un volumen todas las calamidades que habían de venir contra Babilonia, es a saber, todo esto que queda escrito contra ella.

[61] Y le dijo Jeremías a Saraías: Cuando hayas llegado a Babilonia, y hayas visto y leído todas estas palabras,

[62] dirás: ¡Oh Señor!, tú has dicho que destruirás este lugar de modo que no quede quien lo habite, ni hombre ni bestia, y sea una eterna soledad.

[63] Y así que hayas concluido la lectura de este libro, atarás a él una piedra, y lo arrojarás en medio del Eufrates;

[64] y dirás: De esta manera será sumergida Babilonia, y no se recobrará del completo estrago que voy a descargar contra ella, y quedará para siempre destruida. Hasta aquí las palabras de Jeremías.

Jeremías, 51