Jeremías, 50
[1] Palabra que habló el Señor acerca de Babilonia y del país de los caldeos, por boca del profeta Jeremías. •
[2] Llevad la noticia a las naciones, y haced que corra la voz; alzad señales en las alturas, publicadlo, y no lo encubráis; decid: Tomada ha sido Babilonia, corrido ha quedado Bel y abatido Merodac; cubiertos quedan de ignominia sus simulacros, aterrados han sido sus ídolos. •
Is. 5, 26; 11, 12; Jer 45; 46; 47.
[3] Porque vendrá contra ella del norte una nación, la cual asolará su país, sin que quede quien lo habite, desde el hombre hasta la bestia, todos se pusieron en movimiento y se marcharon. •
[4] En aquellos días y en aquel tiempo se reunirán, dice el Señor, los hijos de Israel, y con ellos los hijos de Judá para volver a Jerusalén ; y llorando de alegría se darán prisa, y buscarán al Señor su Dios. •
[5] Preguntarán cuál es el camino que va a Sión; a ella dirigirán sus ojos. Volverán del cautiverio, y se unirán al Señor con una alianza eterna, cuya memoria no se borrará jamás. •
Se habla de la alianza entre Dios y todos los hombres hijos de Abrahán, según la fe, de que fue mediador Jesucristo. Es el cumplimiento de la repatriación. Ne. 1, 2; 11, 18.
[6] Rebaño perdido fue el pueblo mío; sus pastores lo extraviaron y lo hicieron ir vagando por las montañas; anduvo por montes y collados, y se olvidó del lugar de su reposo. •
[7] Todos cuantos encontraban a los de mi pueblo, los devoraban; y sus enemigos decían: En esto no hacemos nada malo; porque éstos han pecado contra el Señor, esplendor de justicia o santidad; contra el Señor, esperanza de sus padres. •
[8] Huid de en medio de Babilonia y salid del país de los caldeos; y sed como los machos cabríos delante del rebaño. •
[9] Porque he aquí que yo pondré en movimiento y traeré reunidos contra Babilonia los ejércitos de naciones grandes de la tierra del norte, los cuales se dispondrán para asaltarla, y en seguida será tomada; sus saetas, como de fuertes y mortíferos guerreros, no serán disparadas en vano. •
[10] Y la Caldea será entregada al saqueo; quedarán atestados de riquezas todos sus saqueadores, dice el Señor.
[11] Ya que saltáis de contento, y habláis con arrogancia por haber devastado la heredad mía; ya que retozáis como novillos sobre la hierba, y mugís como toros, •
[12] Babilonia, vuestra madre, ha quedado profundamente abatida, y asolada ha sido la que os engendró; he aquí que será la más despreciable entre las naciones, desierta quedará, intransitable y árida. •
[13] La indignación del Señor la dejará inhabitada y reducida a una soledad; todo el que pase por Babilonia quedará lleno de pasmo, y hará mofa de todas las desgracias de ella. •
[14] ¡Oh vosotros todos cuantos estáis diestros en manejar el arco!, apercibíos de todas partes contra Babilonia; embestidla, no escaseéis las saetas; porque ha pecado contra el Señor.
[15] Levantad contra ella el grito; ya tiende sus manos por todos lados, dándose por vencida; se conmueven sus fundamentos, destruidos quedan sus muros, porque es el tiempo de la venganza del Señor; tomad venganza de ella; tratadla como ella trató a los demás. •
[16] Acabad en Babilonia con todo viviente; ni perdonéis a aquel que siembra, ni al que maneja la hoz en tiempo de la siega; al relumbrar la espada de la paloma, volverán todos a sus pueblos y cada cual huirá al propio país. •
[17] Israel es una grey descarriada, los leones la dispersaron. El primero a devorarla fue el rey de Asur; el último ha sido Nabucodonosor, rey de Babilonia, que ha acabado hasta con sus huesos. •
Los reyes asirios.
[18] Por tanto, esto dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: He aquí que yo castigaré al rey de Babilonia y a su país, al modo que castigué al rey de Asur. •
[19] Y conduciré otra vez a Israel a su antigua morada, y gozará de los pastos del Carmelo; y en Basán y en los collados de Efraín y de Galaad se saciarán sus deseos. •
[20] En aquellos días, dice el Señor, y en aquel tiempo se andará en busca de la iniquidad o idolatría de Israel, mas ésta no existirá ya; y del pecado de Judá, y tampoco se hallará; porque yo seré propicio a los restos de dicho pueblo que me reservaré. •
[21] Marchad tú contra la Caldea, tierra de los dominadores, y castiga a sus habitantes, devasta y mata a aquellos que les siguen detrás; a todos dice el Señor; y obra según las órdenes que te tengo dadas. •
[22] Estruendo de batalla se oye sobre la tierra, y de gran exterminio.
[23] ¿Cómo ha sido hecho pedazos y desmenuzado el rey de Babilonia, el que era el martillo de toda la tierra? ¿Cómo está Babilonia hecha un desierto entre las gentes? •
[24] Yo te cogí en el lazo, y sin pensarlo te has visto presa; ¡oh Babilonia!, has sido hallada y cogida, porque hiciste guerra al Señor. •
[25] Abrió el Señor su tesoro, y ha sacado de él los instrumentos de su indignación; pues va a ejecutar el Señor Dios de los ejércitos su obra contra la tierra de los caldeos. •
[26] Venid contra ella desde las más remotas regiones, dad lugar para que salgan los que han de hollar; quitad las piedras del camino, y ponedlas en montones; haced en ella una carnicería, hasta que no quede viviente alguno. •
[27] Exterminad a todos sus guerreros, sean conducidos al matadero; ¡ay de ellos!, porque ha llegado ya su día, el día de su castigo. •
[28] Voz de los fugitivos y de aquellos que escaparon de la tierra de Babilonia, para llevar a Sión la noticia de la venganza del Señor Dios nuestro, de la venganza de su santo templo. •
[29] A toda la multitud de los que en Babilonia apuntan el arco, decidles: Asentad los campamentos contra ella por todo el alrededor, a fin de que ninguno escape, dadle el pago de sus fechorías; portaos con ella conforme ella se ha portado, pues se levantó contra el Señor, contra el Santo de Israel. •
[30] Por tanto caerán muertos en sus plazas sus jóvenes, quedarán sin aliento en aquel día todos sus guerreros, dice el Señor. •
[31] Aquí estoy yo contra ti, ¡oh soberbio Baltasar!, dice el Señor Dios de los ejércitos; porque ha llegado tu día, el día de tu castigo. •
[32] Y caerá el soberbio, y dará en tierra, sin que haya quien le levante; y pegaré fuego a sus ciudades, el cual devorará todos sus alrededores.
[33] Esto dice el Señor de los ejércitos: Los hijos de Israel, con los de Judá, se ven oprimidos; todos aquellos que los cautivaron, los retienen, no quieren soltarlos. •
[34] Pero el fuerte Redentor suyo, aquel que tiene por nombre Señor de los ejércitos, defenderá en juicio la causa de ellos, y llenará de espanto la tierra, y hará que se estremezcan los habitantes de Babilonia. •
[35] Espada, o guerra, contra los caldeos, dice el Señor, y contra los habitantes de Babilonia, y contra sus príncipes, y contra sus sabios. •
[36] Espada contra sus adivinos, y quedarán atontados; espada contra sus valientes, y quedarán llenos de terror. •
[37] Espada contra sus caballos, y contra sus carros de guerra, y contra todo el gentío que ella contiene, y serán tímidos como mujeres; espada contra los tesoros, los cuales serán saqueados.
[38] Se secarán y agotarán sus aguas; porque tierra es ésa de vanos simulacros, y que se gloría en sus monstruos. •
[39] Por tanto, vendrá a ser guarida de las fieras y de los chacales, que se alimentan de higos silvestres, y morada de avestruces; quedando inhabitada para siempre, sin que nunca jamás vuelva a ser reedificada. •
[40] Vendrá a ser ella, dice el Señor, como las ciudades de Sodoma y Gomorra y sus vecinas, que el Señor destruyó; no quedará hombre alguno que la habite, ni persona alguna que allí more. •
[41] He aquí que viene del norte un pueblo y una nación grande; y se levantarán muchos reyes de los extremos de la tierra.
[42] Asirán del arco y del escudo; son crueles y sin misericordia; sus voces serán como un mar que brama, y montarán sobre sus caballos, como un guerrero apercibido para combatir contra ti, ¡oh hija de Babilonia! •
[43] Oyó el rey de Babilonia la fama de ellos, y quedó sin aliento, y oprimido de angustia y de dolor como mujer que está de parto. •
[44] He aquí que un rey vendrá como un león, desde el hinchado Jordán a caer sobre la bella y fuerte Babilonia; porque yo lo haré correr súbitamente hacia ella. ¿Y quién será el escogido, a quien yo le encargue que se apodere de ella? Pues ¿quién hay semejante a mí? ¿Quién habrá que se me oponga? ¿Ni cuál es el pastor o capitán que pueda ponérseme delante? •
[45] Por tanto oíd el designio que tiene formado allá en su mente el Señor contra Babilonia; y sus decretos en orden al país de los caldeos: Juro, dice el Señor, que los zagales pequeños del rebaño, o los más débiles soldados, darán en tierra con ellos; juro que serán destruidos ellos y las ciudades en que habitan.
[46] A la noticia de la conquista de Babilonia se ha estremecido la tierra, y sus gritos se han oído entre las naciones.