Genesis, 50
[1] Lo cual, mirando José, se arrojó sobre el rostro de su padre, bañándole en lágrimas y besándole. •
[2] Y mandó después a los médicos que tenía a su servicio, embalsamar el cuerpo; •
La práctica de embalsamar fue muy común en Egipto.
[3] los cuales en ejecución de lo mandado, gastaron cuarenta días, que tal era la costumbre en embalsamar los cadáveres; y le lloró Egipto setenta días.
[4] Terminado el tiempo de luto, habló José así a la familia principal del faraón: Si he hallado gracia delante de vosotros, insinuad al faraón, •
[5] que mi padre al morir me juramentó diciendo: Yo me muero en la sepultura que abrí para mí en la tierra de Canaán, allí enterrarás mi cuerpo. Iré, pues, a sepultar a mi padre, y volveré luego. •
[6] A lo que dijo el faraón: Anda enhorabuena y sepulta a tu padre como se lo prometiste con juramento.
[7] El cual emprendió su viaje, acompañado de todos los ancianos o primeros señores del palacio del faraón, y todos los principales de la tierra de Egipto, •
[8] y de su propia familia y de sus hermanos, menos los niños y los ganados mayores y menores, que dejaron en la tierra de Gesén.
[9] Fueron asimismo en la comitiva carros y gente de a caballo; y se juntó un gran acompañamiento.
[10] De esta suerte llegaron a la Era de Atad, situada en la otra parte del Jordán, donde emplearon siete días en celebrar las exequias con gran y acerbo llanto. •
[11] Lo que habiendo visto los habitantes de la tierra de Canaán, dijeron: Gran duelo es éste para los egipcios; y a consecuencia de esto se llamó aquel sitio, Llanto de Egipto. •
[12] Hicieron, pues, los hijos de Jacob , lo que éste les dejó encomendado;
[13] y transportándolo a la tierra de Canaán, lo sepultaron en la cueva doble que había comprado Abrahán junto con el campo de Efrón el heteo, enfrente de Mambre, para sepultura suya. •
Act. 7, 16; Gén 23, 16.
[14] Se volvió después José a Egipto, con sus hermanos y todo el acompañamiento, luego que hubo sepultado a su padre.
[15] Y como después de su muerte anduviesen temerosos los hermanos y diciéndose unos a otros: ¿Quién sabe si se acordará José de la injuria que padeció, y nos retornará todo el mal que le hicimos?
[16] Le enviaron a decir: Tu padre antes de morir nos encargó, •
[17] que te dijésemos estas palabras en su nombre: Te ruego que te olvides de la maldad de tus hermanos, y del pecado, y de la malicia que contra ti usaron. Nosotros también te suplicamos que perdones esta maldad a los siervos del Dios de tu padre. Oyendo José estas razones, prorrumpió en llanto. •
[18] Y vinieron a él sus hermanos, y adorándole postrados en tierra, le dijeron: Esclavos tuyos somos; aquí nos tienes.
[19] A los cuales él respondió: No tenéis que temer; ¿podemos acaso nosotros resistir a la voluntad de Dios? •
José quiere que sus hermanos, al acordarse de su delito, sólo consideren que la divina providencia permitió que lo vendieran, para ser después la salud de muchos pueblos, y de sus perseguidores. También en esto figura de Jesucristo.
[20] Vosotros pensasteis hacerme un mal; pero Dios lo convirtió en bien para ensalzarme, como al presente lo estáis viendo; y para salvar a muchos pueblos. •
[21] No temáis, pues; yo os mantendré a vosotros y a vuestros hijos. Y los consoló y habló con expresiones blandas y amorosas. •
[22] Y habitó José en Egipto, con toda la familia de su padre; y vivió ciento diez años, •
[23] y vio a los hijos de Efraín hasta la tercera generación. Tuvo también y acarició sobre sus rodillas a los hijos de Maquir, hijo de Manasés, •
[24] Pasadas todas estas cosas, habló José a sus hermanos en estos términos: Después de mi muerte os visitará Dios, y os sacará de esta tierra para la tierra que tiene prometida con juramento a Abrahán, a Isaac y a Jacob . •
[25] Y habiéndolos juramentado y dicho: Cuando Dios os visitará, transportad de este lugar mis huesos con vosotros. •
[26] Vino a morir, cumplidos ciento diez años de su vida. Y embalsamado, fue depositado en Egipto dentro de una caja.