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Genesis, 45


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[1] Ya no podía José contenerse más en presencia como estaba de mucha gente; por lo que mandó que todos se retirasen, para que ningún extraño asistiese al mutuo reconocimiento.

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A Bersabee. Gn. 21, 31.

[2] Y luego prorrumpió en llantos a voz en grito, que oyeron los egipcios y toda la familia del faraón.

[3] En seguida dijo a sus hermanos: Yo soy José. ¿Y vive todavía mi padre? No podrían sus hermanos responderle, a causa de su gran terror y espanto.

[4] Mas él, con semblante apacible: Llegaos a mí, les dijo; y habiéndose ellos acercado, añadió: Yo soy José vuestro hermano, a quien vendisteis para ser traído a Egipto.

[5] No temáis, ni os desconsoléis por haberme vendido para estas regiones; porque por vuestro bien dispuso Dios que viniese yo antes que vosotros a Egipto.

[6] Porque dos años ha que comenzó la carestía en el país, y aún restan cinco en que no habrá siembra, ni siega.

[7] Así que el Señor me ha enviado delante a fin de que vosotros os conservéis sobre la tierra, y tengáis alimento para sostener la vida.

[8] No he sido enviado acá por designio vuestro, sino por voluntad de Dios; el cual ha hecho que yo sea como padre del faraón, y dueño de su casa toda, y príncipe en toda la tierra de Egipto.

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Antiguamente los reyes daban el nombre de padres suyos a sus principales consejeros. Los emperadores romanos daban el título de padre al prefecto del pretorio. 2Pa. 2, 13; Est. 2, 6.

[9] Apresuraos, y volved luego a mi padre, y decidle: Esto te envía a decir tu hijo José: Dios me ha hecho como señor en toda la tierra de Egipto; ven a mí, no te detengas,

[10] y habitarás en la tierra de Gesén; y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ovejas y ganados mayores, y todo cuanto posees.

[11] Y allí te alimentaré (pues faltan todavía cinco años de hambre), para que no perezcáis tú, y tu familia, y todo lo que posees.

[12] Reparad que vuestros ojos, y los ojos de mi querido hermano Benjamín, están viendo que soy yo quien os hablo en persona.

[13] Referid a mi padre toda la gloria mía, y todas cuantas cosas habéis visto en Egipto; apresuraos, y conducídmele aquí.

[14] Y arrojándose sobre el cuello de su hermano Benjamín, abrazados con él echó a llorar, llorando éste igualmente sobre su cuello.

[15] Besó también José a todos sus hermanos, llorando sobre cada uno de ellos; después de cuyas demostraciones cobraron aliento para conversar con él.

[16] Al punto corrió la voz y se divulgó generalmente esta noticia en el palacio del rey: Han venido los hermanos de José; y se holgó de ellos el faraón y toda su corte.

[17] Y así dijo a José que diese a sus hermanos esta orden expresa: Cargad los jumentos y marchad a tierra de Canaán;

[18] y sacad de allí a vuestro padre, y la parentela, y venid a mí, que os daré todos los bienes de Egipto, para que os alimentéis de lo mejor y más precioso de la tierra.

[19] Ordénales asimismo que lleven carros de la tierra de Egipto, para el transporte de sus niños y mujeres, y diles: Tomad a vuestro padre y apresuraos a venir cuanto antes,

[20] sin dejar nada de vuestros ajuares; porque todas las riquezas de Egipto serán vuestras.

[21] E hicieron los hijos de Israel así como se les mandó. Y les dio José, según la orden del faraón, carros y víveres para el camino.

[22] Mandó también presentar a cada uno dos vestidos; pero a Benjamín le dio cinco muy preciosos, con trescientas monedas de plata.

[23] Remitió para su padre igual cantidad de dinero y de vestidos, a más de diez asnos cargados de toda especie de preciosidades de Egipto, y otras tantas borricas que llevasen trigo y panes para el camino.

[24] Con esto despidió a sus hermanos; y cuando partían, les dijo: No tengáis disputas entre vosotros en el camino.

[25] Ellos, subiendo de Egipto, vinieron a la tierra de Canaán a Jacob , su padre.

[26] Y le dieron la nueva, diciendo: Vive tu hijo José; y él es el señor que manda en toda la tierra de Egipto. Oído esto, Jacob , como quien despierta de un profundo letargo, no acababa de creerles.

[27] Ellos, para convencerle, le relataban todo lo sucedido. Mas cuando hubo visto los carros y todo el aparato de las cosas remitidas, vivió su espíritu,

[28] y dijo: Bástame a mí que viva todavía José, el hijo mío. Iré, y le veré antes que me muera.

Genesis, 45