Genesis, 1
[1] En el principio creó Dios el cielo y la tierra. •
Dios es el creador de todas las cosas; es una verdad fundamental del orden religioso, de la cual se derivan nuestros deberes para con Dios. Ps. 32, 6; 136 (135), 5; Eus. 18, 1; Act. 14, 14.
[2] La tierra, estaba informe y vacía, las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre las aguas. •
[3] Dijo, pues, Dios: Sea hecha la luz. Y la luz quedó hecha. •
Según el texto hebreo se debería traducir Sea la luz. Y la luz fue; o también Haya luz. Y hubo luz.
[4] Y vio Dios que la luz era buena, y dividió la luz de las tinieblas. •
[5] A la luz la llamó día, y a las tinieblas noche; así de la tarde aquella y de la mañana siguiente resultó el primer día. •
La palabra día tiene diferentes sentidos en casi todas las lenguas; por tanto, no se sabe si son días naturales o más bien ciertas épocas o períodos en los cuales Moisés divide el tiempo en que Dios creó, formó y adornó el universo. La narración presenta a Dios como un buen trabajador, que en una semana lleva a cabo la obra de la creación.
[6] Dijo asimismo Dios: Haya un firmamento o una gran extensión en medio de las aguas, que separe unas aguas de otras. •
[7] E hizo Dios el firmamento, y separó las aguas que estaban debajo del firmamento, de aquéllas que estaban sobre el firmamento. Y quedó hecho así. •
Ps. 135, 6; 148, 4; Dn. 3, 60.
Por firmamento debe entenderse todo el espacio que hay desde la superficie de la tierra hasta las estrellas fijas, en una bóveda.
[8] Y al firmamento le llamó Dios cielo. Con lo que de tarde y de mañana se cumplió el día segundo.
[9] Dijo también Dios: Reúnanse en un lugar las aguas que están debajo del cielo y aparezca lo árido o seco. Y así se hizo.
[10] Y al elemento árido le dio Dios el nombre de tierra, y a las aguas reunidas las llamó mares. Y vio Dios que lo hecho estaba bueno. •
Job 38; Sal 33 (32); 89 (88); 136 (135).
[11] Dijo asimismo: Produzca la tierra hierba verde y que dé simiente, y plantas fructíferas que den fruto conforme a su especie, y contengan en sí mismas su simiente sobre la tierra. Y así se hizo. •
[12] Con lo que produjo la tierra hierba verde, que da simiente según su especie, y árboles que dan fruto, de los cuales cada uno tiene su propia semilla según la especie suya. Y vio Dios que la cosa era buena.
[13] Y de la tarde y mañana resultó el día tercero.
[14] Dijo después Dios: Haya lumbreras o cuerpos luminosos en el firmamento del cielo, que distingan el día y la noche, y señalen los tiempos o las estaciones, los días y los años. •
[15] A fin de que brillen en el firmamento del cielo, y alumbren la tierra. Y fue hecho así.
[16] Hizo, pues; Dios dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que presidiese al día; y la lumbrera menor, para presidir la noche; e hizo las estrellas. •
[17] Y las colocó en el firmamento o extensión del cielo, para que resplandeciesen sobre la tierra. •
[18] Y presidiesen el día y a la noche, y separasen la luz de las tinieblas. Y vio Dios que la cosa era buena.
[19] Con lo que de tarde y mañana, resultó el día cuarto.
[20] Dijo también Dios: Produzcan las aguas reptiles animados que vivan en el agua, y aves que vuelen sobre la tierra, debajo del firmamento del cielo. •
[21] Creó, pues, Dios los grandes peces , y todos los animales que viven y se mueven, producidos por las aguas según sus especies, y asimismo todo lo volátil según su género. Y vio Dios que lo hecho era bueno.
[22] Y los bendijo, diciendo: Creced y multiplicaos y henchid las aguas del mar, y multiplíquense las aves sobre la tierra. •
[23] Con lo que de la tarde y mañana resultó el día quinto.
[24] Dijo todavía Dios: Produzca la tierra animales vivientes en cada género animales domésticos, reptiles y bestias silvestres de la tierra, según sus especies. Y fue hecho así.
[25] Hizo, pues, Dios las bestias silvestres de la tierra según sus especies, y los animales domésticos, y todo reptil terrestre según su especie. Y vio Dios que lo hecho era bueno.
[26] Y por fin dijo: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra; y domine a los peces del mar, y a las aves del cielo, y a las bestias, y a toda la tierra, y a todo reptil que se mueve sobre la tierra. •
En este modo de hablar han reconocido los santos padres y doctores el misterio de la unidad de Dios en la trinidad de personas. Había creado Dios el mundo para el hombre, ahora quiere crear al hombre para sí y le crea a imagen suya, con el alma incorpórea, inmortal, dotada de entendimiento, voluntad y libre albedrío. Puede oscurecerse esta imagen por el pecado, mas no borrarse.
Gen 5,1; 9, 6; 1Co. 11, 7; Cl. 3, 10.
[27] Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios le creó; los creó varón y hembra. •
[28] Y les echó Dios su bendición y dijo: Creced y multiplicaos, y henchid la tierra, y enseñoreaos de ella, y dominad a los peces del mar y a las aves del cielo y a todos los animales que se mueven sobre la tierra. •
Gn. 8, 17; 9, 1.
Promete Dios al hombre y a la mujer la fecundidad, que es un don de Dios. 1 Cor.
[29] Y añadió Dios: Ved que os he dado todas las hierbas las cuales producen simiente sobre la tierra, y todos los árboles los cuales tienen en sí mismos simiente de su especie, para que os sirvan de alimento a vosotros, •
[30] y a todos los animales de la tierra, y a todas las aves del cielo, y a todos cuantos animales vivientes se mueven sobre la tierra, a fin de que tengan que comer. Y así se hizo.
[31] Y vio Dios todas las cosas que había hecho; y eran en gran manera buenas. Con lo que de la tarde y de la mañana se formó el día sexto. •