Eclesiástico, 7
[1] No hagas mal, y el mal no caerá sobre ti. •
[2] Apártate del hombre perverso, y estarás lejos de obrar el mal. •
[3] Hijo, no siembres maldades en surcos de injusticia y no tendrás que segarlas multiplicadas. •
[4] No pidas al Señor guiar o conducir a los demás, ni al rey puesto honorífico. •
[5] No te tengas por justo en presencia de Dios, pues él está viendo los corazones; y delante del rey no afectes parecer sabio. •
Job. 9, 2; Sal 143 (142).
[6] No pretendas ser juez, si no te hallas con valor para hacer frente a las injusticias; no sea que por temor de la cara del poderoso te expongas a obrar contra equidad. •
[7] Guárdate de ofender a la muchedumbre de una ciudad, y no te metas en el tumulto del pueblo. •
[8] No añadas pecados a pecados; porque ni aún por uno solo has de quedar sin castigo. •
[9] No seas de corazón pusilánime; •
[10] ni descuides hacer oración, y dar limos-na.
[11] No digas: Tendrá Dios miramientos a mis muchas ofrendas; y cuando yo ofrezca mis dones al Dios Altísimo, él los aceptará. •
[12] No te burles del hombre que tiene angustiado su corazón; porque aquel que humilla y exalta, es Dios que todo lo ve. •
[13] No inventes mentiras contra tu hermano; ni lo hagas tampoco contra tu amigo. •
[14] Guárdate de proferir mentira alguna; porque acostumbrarse a eso es muy malo. •
[15] No seas hablador en el concurso de los ancianos; ni repitas en tu oración o amontones las palabras. •
[16] No aborrezcas el trabajo aunque sea penoso, ni la labranza del campo instituida por el Altísimo. •
[17] No te alistes en la turba de los hombres indisciplinados o pecadores.
[18] Acuérdate de la ira y venganza de Dios, la cual no tardará. •
[19] Humilla cuanto puedas tu espíritu; porque el fuego y el gusano castigarán la carne del impío. •
[20] No quieras romper con el amigo porque tarde en volverte el dinero; y no desprecies a tu carísimo hermano por causa del oro.
[21] No te separes de la mujer sensata y buena, que por el temor del Señor te cupo en suerte; porque la gracia de su modestia vale más que todo el oro. •
[22] No trates mal al siervo que trabaja con fidelidad, ni al jornalero que por ti consume su vida. •
[23] Al esclavo juicioso ámale como a tu misma alma; no le niegues su libertad, ni lo despidas dejándolo en miseria.
Ex. 21, 2; Dt. 15, 12; 16, 12.
[24] ¿Tienes ganados? Cuida bien de ellos; y si te dan ganancia; consérvalos.
[25] ¿Tienes hijos? Adoctrínalos, y dómalos desde su niñez.
[26] ¿Tienes hijas? Cela la honestidad de su cuerpo, y no les muestres demasiado complaciente tu rostro. •
[27] Casa la hija, y dala a un hombre sensato, y habrás hecho un gran negocio. •
[28] Si tienes una mujer conforme a tu corazón, no la deseches; y no te entregues o cases con una que sea aborrecible. •
[29] Honra a tu padre con todo tu corazón; y no te olvides de los gemidos de tu madre. •
[30] Acuérdate que si no por ellos no hubieras nacido, y correspóndeles según lo mucho que han hecho por ti.
[31] Con toda tu alma teme al Señor; y reverencia a sus sacerdotes.
[32] Ama a tu Creador con todas tus fuerzas; y no desampares a sus ministros. •
[33] Honra a Dios con toda tu alma, y respeta a los sacerdotes, y purifícate ofreciendo las espaldas de las víctimas. •
[34] Dale su parte, como te está mandado, así de las primicias como de las hostias de expiación, y purifícate de tus negligencias con lo poco. •
[35] Ofrecerás como don al Señor las espaldas de tus víctimas y el sacrificio de santificación, y las primicias de las cosas santas, •
[36] y alarga tu mano al pobre, a fin de que sea perfecto el sacrificio de tu propiciación, y tu bendición u oblación. •
[37] La beneficencia parece bien a todo viviente; y ni a los muertos se la debes negar. •
[38] No dejes de consolar a los que lloran y haz compañía a los afligidos. •
[39] No se te haga pesado visitar al enfermo, pues con tales medios se afirmará en ti la caridad. •
[40] En todas tus acciones acuérdate de tus postrimerías, y nunca jamás pecarás. •