Eclesiástico, 44
[1] Alabemos a los varones ilustres, a nuestros mayores, a quienes debemos el ser. •
[2] Mucha gloria redundó el Señor por su magnificencia con ellos desde el principio del mundo. •
[3] Gobernaron sus Estados, fueron hombres grandes en valor y adornados de singular prudencia; y como profetas que eran, hicieron conocer la dignidad de profeta. •
[4] Gobernaron al pueblo de su tiempo con la virtud de la prudencia, dando muy santas instrucciones a sus súbditos. •
[5] Con su habilidad inventaron tonos o conciertos musicales, y compusieron los cánticos de las Escrituras. •
La música para alabar a Dios es un uso muy antiguo.
[6] Hombres ricos en virtudes, solícitos del decoro del santuario, pacíficos en sus casas. •
[7] Todos éstos en sus tiempos alcanzaron gloria, y honraron su siglo. •
[8] Los hijos que de ellos nacieron, dejaron un nombre que hace recordar sus alabanzas. •
[9] Mas hubo algunos de los cuales no queda memoria, que perecieron como si nunca hubieran existido, así ellos como sus hijos; y aunque nacieron, fueron como si no hubiesen nacido. •
[10] Pero aquellos fueron varones misericordiosos y caritativos, cuyas obras de piedad no han caído en olvido. •
[11] En su descendencia permanecerán sus bienes.
[12] Sus nietos son una sucesión o pueblo santo, y su posteridad se mantuvo constante en la alianza con Dios; •
[13] y por el mérito suyo durará para siempre su descendencia; nunca perecerán su linaje y su gloria.
[14] Sepultados en paz fueron sus cuerpos; y vive su nombre por todos los siglos. •
[15] Celebren los pueblos su sabiduría, y repitan sus alabanzas en las asambleas sagradas.
[16] Enoc agradó a Dios, y fue transportado al paraíso para predicar al fin del mundo a las naciones la penitencia. •
[17] Noé fue hallado perfectamente justo; y en el tiempo de la ira vino a ser instrumento de reconciliación. •
[18] Por eso fue dejado un resto de vivientes en la tierra, cuando vino el diluvio. •
[19] A Noé fue hecha aquella promesa sempiterna, según la cual no pueden ser destruidos por otro diluvio todos los mortales. •
Gn. 8, 21; 9, 10.
[20] Abrahán, aquel gran padre de muchas gentes, que no tuvo semejante en la gloria, el cual guardó la ley del Altísimo, y estrechó con él la alianza, •
De Abrahán salieron también las doce tribus en que se dividieron los descendientes de su hijo Jacob o Israel. Gn. 15, 5; 17, 4.
[21] la que ratificó con la circuncisión de su carne, y en la tentación fue hallado fiel. •
[22] Por eso juró el Señor darle gloria en su descendencia, y que se multiplicaría su linaje como el polvo de la tierra, •
Haciendo nacer de ella al Mesías.
[23] y que su posteridad sería ensalzada como las estrellas del cielo, y tendría por herencia el continente de mar a mar, y desde el río Eufrates hasta los términos de la tierra. •
Ps. 71, 8; 105 (104), 24.
[24] Y del mismo modo se portó con Isaac por amor de Abrahán, su padre.
[25] A él le dio el Señor la bendición de todas las naciones, y después confirmó su pacto o promesa sobre la cabeza de Jacob . •
En el Mesías que de él había de nacer.
[26] Al cual reconoció y distinguió con sus bendiciones, y le dio la herencia, repartiéndosela entre las doce tribus. •
[27] Y le concedió que en su linaje hubiese siempre varones piadosos, que fuesen amados de todas las gentes. •