Apocalipsis, 11
[1] Entonces se me dio una caña a manera de una vara de medir, y se me dijo: Levántate y mide el templo de Dios, y el altar, y cuenta los que adoran en él; •
[2] pero el atrio exterior del templo déjalo fuera, no cuides de él, y no lo midas, por cuanto está dado a los gentiles, los cuales han de pisotear la ciudad santa cuarenta y dos meses. •
Se cree que éste será el tiempo del reinado del Anticristo. Dn. 7, 25.
[3] Entretanto yo daré orden a dos testigos míos, y harán oficio de profetas, cubiertos de sacos, o hábitos de penitencia, por espacio de mil doscientos sesenta días. •
[4] Estos son dos olivos y dos candeleros puestos en la presencia del Señor de la tierra. •
Que comunicarán la gracia y unción del Espíritu Santo, y alumbrarán a los hombres. Zac 4.
[5] Y si alguno quisiere maltratarlos, saldrá fuego de la boca de ellos, que devorará a sus enemigos; pues así conviene sea consumado quien quisiere hacerles daño. •
[6] Los mismos tienen poder de cerrar el cielo, para que no llueva en el tiempo que ellos profeticen, y tienen también potestad sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para afligir la tierra con toda suerte de plagas siempre que quisieren. •
[7] Mas después que concluyeren de dar su testimonio, la bestia que sube del abismo moverá guerra contra ellos, y los vencerá, y les quitará la vida. •
[8] Y sus cadáveres yacerán en las plazas de la gran ciudad, que se llama místicamente Sodoma, y Egipto, donde así mismo el Señor de ellos fue crucificado. •
De estas palabras deducen varios expositores que el Anticristo vivirá en Jerusalén, llamada Sodoma yEgipto por sus maldades y abominaciones.
[9] Y las gentes de las tribus, y pueblos, y lenguas, y naciones estarán viendo sus cuerpos por tres días y medio, y no permitirán que se les dé sepultura. •
[10] Y los que habitan la tierra se regocijarán con verlos muertos, y harán fiesta, y se enviarán presentes los unos a los otros, a causa de que estos dos profetas atormentaron con sus reprensiones a los que moraban sobre la tierra. •
[11] Pero al cabo de tres días y medio entró en ellos por virtud de Dios el espíritu de vida. Y se alzaron sobre sus pies, con lo que un terror grande sobrecogió a los que los vieron. •
[12] En seguida oyeron una voz sonora del cielo que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron.
[13] Y en aquella hora se sintió un gran terremoto, con que se arruinó la décima parte de la ciudad; y perecieron en el terremoto siete mil personas; y los demás entraron en miedo, y dieron gloria al Dios del cielo. •
[14] El segundo ay se pasó, y bien pronto vendrá el ay tercero, o la tercera desdicha. •
[15] En efecto, el séptimo ángel sonó la trompeta; y se sintieron voces grandes en el cielo que decían: El reino de este mundo ha venido a ser reino de nuestro Señor y de su Cristo , y, destruido ya el pecado, reinará por los siglos de los siglos. Amén. •
[16] Aquí los veinticuatro ancianos, que están sentados en sus tronos en la presencia de Dios, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo:
[17] Gracias te tributamos, ¡oh Señor Dios todopoderoso!, a ti que eres, que eras ya antes, y que has de venir, porque hiciste alarde de tu gran poderío, y has entrado en posesión de tu reino.
[18] Las naciones montaron en cólera, mas sobrevino tu ira, y el tiempo de ser juzgados los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, y a los santos, y a los que temen tu Nombre, pequeños y grandes, y de acabar con los que han corrompido la tierra. •
[19] Entonces se abrió el templo de Dios en el cielo, y fue vista el Arca de su testamento en su templo, y se formaron rayos, y voces, y truenos, y terremoto, y pedrisco espantoso. •
La Humanidad gloriosa de Jesucristo.