Sabiduría, 5
[1] Entonces los justos se presentarán con gran valor contra aquellos que los angustiaron y robaron el fruto de sus fatigas. •
En el último juicio, los malvados contemplarán la salvación de los justos.
[2] A cuyo aspecto se apoderará de éstos la turbación y un temor horrendo; y se asombrarán de la repentina salvación de los justos, que ellos no esperaban ni creían;
[3] y arrepentidos, y arrojando gemidos de su angustiado corazón, dirán dentro de sí: Estos son los que en otro tiempo fueron el blanco de nuestros escarnios, y a quienes proponíamos como un ejemplar de oprobio. •
[4] ¡Insensatos de nosotros! Su tenor de vida nos parecía una necedad, y su muerte una ignominia. •
[5] Mirad cómo son contados en el número de los hijos de Dios, y cómo su suerte es estar con los santos. •
[6] Luego descarriados hemos ido del camino de la verdad; no nos ha alumbrado la luz de la justicia, ni para nosotros ha nacido el sol de la inteligencia. •
Despreciaron las luces de la gracia, que Dios no le niega a nadie y en pena de esto les negó la luz de la justicia. Job. 22, 17; Ef. 4, 18.
[7] Nos hemos fatigado en seguir la carrera de la iniquidad y de la perdición; hemos andado por senderos fragosos, sin conocer el camino del Señor.
[8] ¿De qué nos ha servido la soberbia? ¿O qué provecho nos ha traído la vana ostentación de nuestras riquezas?
[9] Pasaron como sombra todas aquellas cosas; y como mensajero que va en posta; •
[10] o cual nave que surca las olas del mar, de cuyo tránsito no hay que buscar vestigio, ni la vereda de su quilla en las olas; •
[11] o como ave que vuela a través del aire, de cuyo vuelo no queda rastro ninguno, y solamente se oye el sacudimiento de las alas con que azota al ligero viento, y corta con fuerza el ambiente, por la cual se abre camino; ella bate sus alas y vuela sin dejar detrás de sí señal alguna de su rumbo;
[12] o como una saeta disparada contra el blanco corta el aire, y luego éste se reúne, sin que se conozca por dónde aquélla pasó.
[13] Así también nosotros, apenas nacidos dejemos de ser; y ciertamente ninguna señal de virtud pudimos mostrar, y nos consumimos en nuestra maldad. •
[14] Así discurren en el infierno los pecadores. •
[15] Porque la esperanza del impío es como la pelusa o polvo que arrebata el viento; o cual espuma ligera que la tempestad deshace; o como humo que disipa el viento; o como la memoria del huésped que va de paso y sólo se detiene un día. •
[16] Al contrario, los justos vivirán eternamente, y su galardón está en el Señor, y el Altísimo tiene cuidado de ellos. •
[17] Por tanto recibirán de la mano del Señor el reino de la gloria y una brillante diadema; los protegerá con su diestra, y con su santo brazo los defenderá. •
[18] Se armará de todo su celo, y armará también las criaturas para vengarse de sus enemigos. •
[19] Tomará la justicia por coraza, y por casco el juicio infalible.
[20] Alzará por escudo impenetrable la rectitud.
[21] De su inflexible ira se hará Dios una aguda lanza; y todo el universo peleará con él contra los insensatos. •
[22] Irán derechamente a ellos los tiros de los rayos, los cuales serán lanzados de las nubes como de un arco bien apuntado, y herirán a un punto fijo; •
[23] y de la cólera de Dios, como de un pedrero lloverán densos granizos. Se embravecerán contra ellos las olas del mar; y los ríos todos inundarán impetuosamente la tierra. •
[24] Se levantará contra ellos un furioso huracán, y en torbellino de viento serán destrozados. Por su iniquidad quedará convertida en un desierto toda la tierra; y por la maldad, los tronos de los potentados serán derrocados.