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Proverbios, 16


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[1] Del hombre es preparar dentro de su alma el razonamiento; y del Señor el gobernar la lengua.

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Se necesita una nueva gracia de Dios para ejecutar o explicar un buen pensamiento. Est. 14, 13; 2Co. 3, 4.

[2] Todas las acciones del hombre están patentes a la humana vista; mas el Señor pesa los espíritus o juzga los interiores.

[3] Dirige hacia el Señor tus obras; y tendrán buen éxito tus designios.

[4] Todas las cosas las ha hecho el Señor para gloria de sí mismo, y también al impío, al cual reserva, para el día del aciago.

[5] Es abominado del Señor todo arrogante; aunque parezca que nada hace, no es inocente. El principio o lo principal del buen camino consiste en practicar las obras de justicia; la cual es más agradable a Dios que el inmolar víctimas.

[6] Con la misericordia y la verdad se expía el pecado y con el temor del Señor se evita el mal.

[7] Si fuere grato al Señor el proceder del hombre, aun a sus enemigos los reducirá a pedir la paz.

[8] Vale más poco con justicia, que muchos bienes con injusticia.

[9] El corazón del hombre forma sus designios; mas del Señor es el dirigir sus pasos.

[10] Las palabras del rey son como unos oráculos; y no errará su boca al pronunciar el juicio.

[11] Pesados están en fiel balanza los juicios del Señor; y todas sus obras son justas como las piedras que se llevan para servir de pesas.

[12] Son abominables al rey los que obran injustamente; porque la justicia es el apoyo del trono.

[13] Son gratos al rey los labios que hablan siempre lo justo; amado será quien habla lo recto.

[14] La indignación del rey anuncio es de muerte; pero el varón sabio sabrá aplacarla.

[15] El semblante alegre del rey da la vida; y su clemencia es como la lluvia tan deseada del otoño.

[16] Procura adquirir la sabiduría, pues vale más que el oro; y poseer la prudencia, que es mejor que toda la plata.

[17] La senda de los justos está apartada del mal; no se desvía de ella quien guarda su alma.

[18] A la caída precede la soberbia, y antes de la ruina se remonta el espíritu.

[19] Mejor es ser humillado con los mansos o modestos, que repartir despojos con los soberbios.

[20] El inteligente en un negocio saldrá felizmente de él; mas es el que espera en el Señor, siempre será dichoso.

[21] El que es sabio de corazón, será llamado prudente; y el que tiene dulzura en el hablar, conseguirá mayor fruto.

[22] Fuente de vida es la sabiduría para quien la posee; la doctrina de los necios es la fatuidad.

[23] El corazón del sabio amaestrará su lengua, y añadirá gracia a sus labios.

[24] Son un panal de miel las palabras elegantes, dulzura del alma y vigor de los huesos.

[25] Un camino hay que al hombre le parece recto; pero su paradero es la muerte.

[26] El hombre que trabaja, para sí trabaja; que a esto lo fuerza su boca.

[27] El hombre desalmado cava hasta desenterrar el mal, y de sus labios sale el fuego de la discordia.

[28] Suscita pleitos el hombre perverso; y el chismoso siembra la discordia entre los príncipes.

[29] El hombre inicuo halaga a su amigo, y lo guía por malos caminos.

[30] El que con ojos atónitos está maquinando maldades, mordiéndose los labios, de puro furor, ejecuta el mal.

[31] Corona de gloria y de dignidad es la vejez del que ha seguido los caminos de la justicia.

[32] Mejor es el varón sufrido que el valiente; y quien domina sus pasiones, que un conquistador de ciudades.

[33] Se meten en el cántaro las suertes; pero el Señor es quien dispone de ellas.

Proverbios, 16