Salmos, 93
[1] El Señor es el Dios de las venganzas; y el Dios de las venganzas ha obrado con libertad. •
[2] Haz, pues, brillar tu grandeza, ¡oh Juez supremo de la tierra!; da su merecido a los soberbios. •
[3] ¿Hasta cuándo, Señor, los pecadores, hasta cuándo estarán vanagloriándose?
[4] ¿Charlarán, hablarán inicuamente, se jactarán siempre todos los que obran iniquidad? •
[5] ¡Ah! Señor, ellos han abatido a tu pueblo, han devastado tu heredad.
[6] Han asesinado a la viuda y al extranjero, y han quitado la vida al huérfano. •
[7] Y dijeron: No lo verá el Señor; no sabrá nada el Dios de Jacob . •
[8] Reflexionad, ¡oh hombres los más insensatos del pueblo!, entrad en conocimiento; tened finalmente cordura, vosotros, mentecatos. •
[9] Aquel que ha dado los oídos, ¿no oirá? El que ha dado los ojos, ¿no verá? •
[10] ¿No os ha de llamar a juicio el que castiga a todas las naciones?, ¿aquel que da la ciencia al hombre?
[11] Conoce el Señor los pensamientos de los hombres, y cuán vanas son sus ideas.
[12] Bienaventurado el hombre a quien tú ¡oh Señor!, hayas instruido y amaestrado en tu ley, •
[13] para hacerle menos penosos los días aciagos, mientras tanto que al pecador se le abre la fosa. •
[14] Porque no ha de abandonar el Señor a su pueblo, ni dejar desamparada su heredad;
[15] sino que el juicio se ejercerá con justicia, y le seguirán todos los rectos de corazón. •
[16] Mas entretanto, ¿quién se pondrá de mi parte contra los malvados?; ¿quién saldrá a favor mío contra los que obran la iniquidad? •
[17] ¡Ah! Si el Señor no me hubiese socorrido, seguramente sería ya el sepulcro mi morada. •
[18] Si yo, ¡oh Señor!, te decía: Mi pie va a resbalar, acudía a sostenerme tu misericordia. •
[19] A proporción de los muchos dolores que atormentaron mi corazón, tus consuelos llenaron de alegría mi alma. •
[20] Porque, ¿acaso estás tú sentado en algún tribunal injusto, cuando nos impones penosos preceptos? •
[21] Andan los malvados a caza del justo, y condenan la sangre inocente.
[22] Pero el Señor me ha servido de refugio; ha sido mi Dios el sostén de mi esperanza. •
[23] Y por su malicia los hará perecer. Los destruirá el Señor Dios nuestro. •