Salmos, 79
[1] Escucha, ¡oh tú, pastor de Israel!, tú que apacientas el pueblo de José, como a ovejas. Tú que estás sentado sobre los querubines, manifiéstate, •
[2] delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés. Ostenta tu poder, y ven a salvarnos. •
[3] ¡Oh Dios!, conviértenos a ti, y muéstranos favorable tu semblante; y seremos salvos. •
[4] ¡Oh Señor Dios de los ejércitos!, ¿hasta cuándo estarás enojado sin escuchar la oración de tu siervo? •
[5] ¿Hasta cuándo nos has de alimentar con pan de lágrimas, y hasta cuándo nos darás a beber lágrimas con abundancia? •
[6] Nos haces el blanco de la contradicción de nuestros vecinos; y nuestros enemigos hacen mofa de nosotros. •
[7] ¡Oh Dios de los ejércitos!, conviértenos a ti, y muéstranos tu rostro, y seremos salvos. •
[8] De Egipto trasladaste acá tu viña; arrojaste las naciones, y la plantaste. •
[9] Fuiste delante de ella en el viaje, para irla guiando; la hiciste arraigar, y llenó la tierra. •
[10] Cubrió con su sombra los montes, y los altísimos cedros con sus sarmientos. •
[11] Hasta el mar extendió sus pámpanos, y hasta el río sus vástagos. •
[12] ¿Por qué has derribado su cerca, y dejas que la vendimien todos los caminantes? •
[13] El jabalí del bosque la ha destruido, y se apacienta en ella esa fiera solitaria. •
[14] ¡Oh Dios de los ejércitos! vuélvete hacia nosotros, mira desde el cielo, y atiende y visita esa viña. •
[15] Renuévala, pues la plantó tu diestra; y en atención al hijo del hombre, a quien tú te escogiste.
[16] Ella ha sido entregada a las llamas y desarraigada; mas con un ceño de tu semblante perecerán todos tus enemigos. •
[17] Tiende tu mano protectora sobre el varón de tu diestra, sobre el hijo del hombre a quien tú escogiste. •
[18] Entonces no nos apartaremos de ti; nos darás nueva vida, e invocaremos tu Nombre. •
[19] ¡Oh Señor Dios de los ejércitos!, conviértenos a ti, y muéstranos tu rostro, y seremos salvos. •