Salmos, 76
[1] Alcé mi voz y clamé al Señor, a Dios clamé, y me atendió. •
[2] En el día de mi tribulación acudí solícito a Dios, levanté por la noche mis manos hacia él, y no quedé burlado. Se había negado mi alma a todo consuelo: •
[3] Me acordé de Dios, y me sentí bañado de gozo; me ejercité en la meditación, y caí en un desfallecimiento. •
En Jerusalén, que significa visión de paz. Esto exalta su inviolabilidad.
[4] Estuvieron mis ojos abiertos antes de la madrugada; estaba como atónito y sin articular palabra. •
[5] Me puse a considerar los días antiguos, y a meditar en los años eternos. •
[6] En esto me ocupaba allá en mi corazón durante la noche, y lo rumiaba, y examinaba mi interior. •
[7] ¿Es posible, decía, que Dios nos haya de abandonar para siempre, o no haya de volver a sernos propicio? •
[8] ¿O que haya de privar eternamente de su misericordia a todas las gentes venideras? •
[9] ¿Se olvidará Dios de usar de clemencia?; ¿o detendrá con su ira el curso de su misericordia? •
[10] Entonces dije: Ahora comienzo a respirar. De la diestra del Altísimo me viene esta mudanza. •
[11] Traeré a la memoria las obras del Señor. Sí, por cierto, haré memoria de las maravillas que has hecho desde el principio . •
[12] Y meditaré todas tus obras, y consideraré tus designios. •
[13] ¡Oh Dios!, santo es tu camino. ¿Qué dios hay que sea grande como el Dios nuestro? •
[14] Tú eres el Dios autor de los prodigios. Tú hiciste manifiesto a los pueblos tu poderío. •
[15] Con tu brazo redimiste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José.
[16] Te vieron las aguas, ¡oh Dios!; te vieron las aguas, y se llenaron de temor y se estremecieron los abismos. •
[17] Grande fue el estruendo de las aguas, tronaron las nubes, atravesaron tus rayos, •
[18] girando en torno la voz de tus truenos. Relumbraron tus relámpagos por toda la tierra, toda ella se estremeció, y tembló. •
[19] Te abriste camino dentro del mar; caminaste por en medio de muchas aguas, y no se conocerán los vestigios de tus pisadas. •
[20] Condujiste a tu pueblo, como otras tantas ovejas, por el ministerio de Moisés y Aarón. •