Salmos, 53
[1] cuando fueron los zifeos a decir a Saúl: ¿No sabes que David está escondido entre nosotros?. Sálvame, ¡oh Dios!, por tu Nombre, y defiéndeme con tu poder. •
[2] Escucha, ¡oh Dios!, mi oración; presta oídos a las palabras de mi boca. •
2Sm. 23, 19; 26, 1.
[3] Porque gentes extrañas han alzado bandera contra mí, y poderosos atentan contra mi vida, sin mirar a Dios. •
[4] Pero ya Dios me socorre, y el Señor toma por su cuenta la defensa de mi vida.
[5] Haz, ¡oh Dios mío!, recaer los males sobre mis enemigos; y en honor de tu verdad extermínalos. •
[6] Yo te ofreceré un sacrificio voluntario; y alabaré, ¡oh Señor!, tu Nombre, que tan lleno está de bondad. •
[7] Puesto que me has librado de todas las tribulaciones, y ya mis ojos miran con desprecio a mis enemigos. •