Salmos, 52
[1] Se estragaron los hombres y se han hecho abominables por sus maldades. No hay quien obre el bien. •
Sal 14 (13).
[2] Echó Dios desde el cielo una mirada sobre los hijos de los hombres para ver si hay quien conozca, o quien busque a Dios.
[3] Pero todos se han descarriado; se han hecho igualmente inútiles; no hay quien obre bien, ni uno siquiera. •
[4] ¿No caerán, pues, en cuenta de que hay un Dios justiciero todos aquellos que cometen la iniquidad, que devoran a mi pueblo como quien come un pedazo de pan? •
[5] Ellos no han invocado a Dios; temblaron de miedo allí donde no había que temer. Porque Dios aniquila el poder de los que lisonjean a los hombres. Serán confundidos, porque Dios los desechó de sí. •
[6] ¡Oh! ¿Quién enviará de Sión al salvador de Israel? Cuando Dios ponga fin al cautiverio de su pueblo, se regocijará Jacob , y saltará de gozo Israel. •