Salmos, 51
[1] Cuando Doeg, idumeo, fue a dar aviso a Saúl, diciéndole que David había estado en casa de Aquimelec. ¿Por qué haces alarde de tu malignidad, tú que sólo empleas el valimiento para obrar la iniquidad? •
[2] Todo el día está tu lengua empleándose en la injusticia; cual navaja afilada, así tú has hecho traición.
[3] Preferiste el mal al bien, la calumnia al lenguaje de la verdad. •
[4] Toda suerte de palabras mortíferas son las que has amado, ¡oh lengua alevosa! •
[5] Por tanto Dios te destruirá para siempre; te arrancará y echará fuera de la mansión en que habitas, te desarraigará de la tierra de los vivientes.
[6] Lo verán los justos, y temblarán, y se reirán de él, diciendo: •
[7] He ahí el hombre que no contó con el favor de Dios, sino que puso su confianza en sus grandes riquezas, y no hubo quien le apeara de su vanidad. •
[8] Yo al contrario, a manera de un fértil olivo subsistiré en la casa de Dios, para siempre y por los siglos de los siglos por haber puesto mi esperanza en la misericordia de Dios. •
[9] Te alabaré, Señor, eternamente, porque esto hiciste y esperaré el auxilio de tu Nombre, por ser como es tan bueno para tus santos. •