Salmos, 25
[1] ¡Oh Señor!, sé tú mi juez, puesto que yo he procedido según mi inocencia; y esperando en el Señor no vacilaré. •
[2] Pruébame, Señor, y sondéame; acrisola el fuego mis afectos y todo mi corazón. •
[3] Porque tengo misericordia delante de mis ojos, y hallo en tu verdad todas mis complacencias. •
[4] Nunca he ido a sentarme en las reuniones de gente vana, ni conversé jamás con los que obran la iniquidad. •
[5] Aborrezco la sociedad de los malignos, y evitaré siempre la comunicación con los impíos. •
[6] Lavaré mis manos en compañía de los inocentes; y rodearé, Señor, tu altar, •
[7] para oír las voces, de alabanza y referir todas tus maravillas. •
[8] Señor, yo he amado el decoro de tu casa, y el lugar donde reside tu gloria. •
[9] No pierdas, Dios mío, con los impíos mi alma, ni la vida mía con los hombres sanguinarios; •
[10] en cuyas manos no se ve más que iniquidad, y cuya diestra está toda llena de sobornos. •
[11] Mas yo he procedido según mi inocencia. Sálvame, Señor, y apiádate de mí. •
[12] Mis pies se han dirigido siempre por el camino de la rectitud. ¡Oh Señor!, yo cantaré tus alabanzas en las reuniones de tu pueblo. •