Salmos, 139
[1] Líbrame, ¡oh Señor!, del hombre malvado, líbrame del hombre perverso. •
[2] Aquellos que maquinaban mil iniquidades en su interior, todo el día están armándome contiendas. •
[3] Se aguzaron sus lenguas viperinas; veneno de áspides es lo que tienen debajo de ellas. •
[4] Defiéndeme, Señor, de las manos del pecador; y líbrame de los hombres inicuos, que intentan dar conmigo en tierra. •
[5] Un lazo oculto me armaron los soberbios; extendieron sus redes para sorprenderme; me pusieron tropiezos junto al camino.
[6] Mas yo dije al Señor: Tú eres mi Dios, escucha, ¡oh Señor! mi humilde súplica. •
[7] ¡Señor, Señor!, de cuya fortaleza depende mi salvación, tú pusiste a cubierto mi cabeza el día del combate.
[8] No me entregues, Señor, contra mi deseo en manos del pecador. Han maquinado los impíos contra mí; no me desampares tú, no sea que triunfen. •
[9] El resultado principal de sus artificios o enredos, toda la malignidad de sus labios vendrá a descargar contra ellos mismos. •
[10] Caerán sobre ellos ascuas, rayos del cielo o carbones encendidos; tú los precipitarás en el fuego, y perecerán abrumados por los desastres. •
[11] El hombre charlatán no perdurará en la tierra; el hombre injusto no espere sino un fin desdichado. •
[12] Yo sé de cierto que el Señor tomará a su cargo la causa del desvalido y la venganza de los pobres. •
[13] Y así los justos glorificarán eternamente tu santo Nombre, y los hombres rectos gozarán de la vista de tu divina presencia. •