logo burning flame
homeEditions
logo burning flame

Salmos, 136


add another edition

[1] En las márgenes de los ríos del país de Babilonia, allí nos sentábamos, y nos poníamos a llorar, acordándonos de ti, ¡oh Sión!

[2] Allí colgamos de los sauces nuestros músicos instrumentos.

[3] Los mismos que nos habían llevado esclavos, nos pedían que les cantásemos nuestros cánticos; los que nos habían arrebatado de nuestra patria, decían: Cantadnos algún himno de los que cantabais en Sión.

[4] ¿Cómo hemos de cantar los cánticos del Señor, les respondíamos, en tierra extraña?

[5] ¡Ah! Si me olvidare yo de ti, oh Jerusalén , entregada sea al olvido, seca quede mi mano diestra.

[6] Pegada quede al paladar la lengua mía, si no me acordare de ti, oh Sión santa; si no me propusiere a Jerusalén por el primer objeto de mi alegría.

[7] Acuérdate, ¡oh Señor!, de los hijos de Edom, los cuales en el día de la ruina de Jerusalén decían: Arrasadla, arrasadla hasta sus cimientos.

[8] ¡Desventurada hija, o ciudad, de Babilonia! Afortunado sea aquel que te diere el pago de lo que nos ha hecho tu padecer a nosotros.

show note 1

Is. 13, 16.

[9] Dichoso sea aquel que ha de coger algún día en sus manos a tus niños, y estrellarlos contra una peña.

Salmos, 136