Salmos, 118
[1] Bienaventurados los que proceden sin mancilla, los que caminan según la ley del Señor. •
Este salmo en su original es un acróstico del alfabeto hebreo, dividido en 22 estrofas de ocho versos cada una, que comienzan con la letra Alef y termina con Tau.
[2] Bienaventurados los que examinan con cuidado los testimonios del Señor o su ley santa; los que de todo corazón le buscan. •
[3] Porque los que cometen la maldad, no andan por los caminos del Señor. •
[4] Tú ordenaste que se guarden exactamente tus mandamientos. •
[5] Ojalá que sean enderezados mis pasos a observar tus justísimas leyes. •
[6] Entonces no seré confundido, cuando tuviere fijos mis ojos en todos tus preceptos. •
[7] Con sincero corazón te alabaré, porque aprendí los juicios o disposiciones de tu justicia. •
[8] Observaré tus justos decretos; no me desampares jamás. •
[9] ¿Cómo enmendará el tierno joven su conducta? Observando tus palabras o preceptos. •
[10] Yo te he buscado con todo mi corazón; no me dejes desviar de tus mandamientos. •
[11] Dentro de mi corazón deposité tus palabras, para no pecar contra ti. •
[12] Bendito eres tú, ¡oh Señor! Enséñame tus justísimos preceptos. •
[13] Han anunciado mis labios todos los oráculos que han salido de tu boca. •
[14] Me he deleitado más que en todos los tesoros, en seguir el camino de tus preceptos. •
[15] Yo contemplaré tus mandamientos, y consideraré tus leyes.
[16] Me deleitaré en tus preceptos, y no me olvidaré de tus palabras.
[17] Concede esta gracia a tu siervo de que viva y guarde tus palabras. •
[18] Quita el velo a mis ojos, y contemplaré las maravillas de tu ley. •
[19] Peregrino soy yo sobre la tierra; no me ocultes tus preceptos. •
[20] Ardió mi alma en deseos de amar tu santa y justísima ley en todo tiempo. •
[21] Tú aterraste a los soberbios; malditos aquellos que se desvían de tus mandamientos. •
[22] Líbrame del oprobio y del desprecio; pues he guardado exactamente tus testimonios.
[23] Hasta los príncipes se pusieron muy de asiento a deliberar contra mí; mas tu siervo contempla tus justísimos mandamientos. •
[24] Porque tus decretos son la materia de mi meditación, y tus justas leyes mi norte o consejo. •
[25] Pegada está contra el suelo mi alma; vuélveme la vida según tu palabra. •
[26] Te expuse el estado de mi carrera y me atendiste; amaéstrame en tus justísimas disposiciones. •
[27] Enséñame el camino de la santidad y justicia, y contemplaré tus maravillas.
[28] Se adormeció de tedio el alma mía; comunícame vigor con tus palabras. •
[29] Aléjame de la senda de la iniquidad, y hazme la gracia de que viva según tu ley. •
[30] He escogido el camino de la verdad; tengo siempre presentes tus juicios.
[31] Me he apoyado, Señor, en los testimonios de tu ley; no permitas que me vea confundido.
[32] Corrí gozoso por el camino de tus mandamientos, cuando tú ensanchaste mi corazón. •
[33] Dame, ¡oh Señor!, por norma el camino de tus justísimos mandamientos, e iré siempre por él. •
[34] Dame inteligencia, y estudiaré atentamente tu ley, y la observaré con todo mi corazón. •
[35] Guíame por la senda de tus preceptos, pues ésa es la que deseo. •
[36] Inclina mi corazón a tus testimonios, y no le dejes ir en pos de la codicia. •
[37] Aparta mis ojos para que no miren la vanidad; haz que viva siguiendo tu camino o ley santa. •
[38] Haz que tu siervo se afirme en tu palabra, por medio de tu santo temor.
[39] Aparta de mí el oprobio que yo he temido; pues tus juicios son tan amables. •
[40] Mira cómo estoy enamorado de tus santos mandamientos: hazme vivir conforme a tu justicia. •
[41] Y venga, ¡oh Señor!, sobre mí tu misericordia; venga a mí tu salvación, según tu promesa. •
[42] Y daré por respuesta a los que me hieren que tengo puesta mi esperanza en tus promesas. •
[43] Y nunca quites de mi boca la palabra de la verdad, ya que tanto he confiado en tus promesas. •
[44] Con eso observaré siempre tu ley, para siempre y por los siglos de los siglos. •
[45] Yo caminaré con libertad y sosiego, porque busqué tus mandamientos. •
[46] Y hablaré de tus testimonios delante de los reyes, y no me avergonzaré de ellos. •
[47] Y me recrearé en tus preceptos, objeto de mi amor.
[48] Y alzaré mis manos hacia tus mandamientos, que he amado siempre; y meditaré tus justas disposiciones. •
[49] Acuérdate de la promesa que hiciste a tu siervo, con que me diste esperanza. •
[50] Ella me consoló en medio de mi humillación; y tu palabra me dio la vida. •
[51] Los soberbios me escarnecían hasta el extremo; pero yo no por eso me separé de tu ley. •
[52] Me acordé, ¡oh Señor! de tus eternos juicios, y quedé consolado. •
[53] Desmayé de dolor, por causa de los pecadores que abandonaron tu ley. •
[54] En el lugar de mi destierro eran tus justísimos mandamientos el asunto de mis cánticos. •
[55] Durante la noche me acordaba de invocar tu Nombre, oh Señor; y así guardaba exactamente tu ley. •
[56] Esto pasó en mí, porque yo procuraba observar bien tus justísimos decretos. •
[57] Yo dije: ¡Oh Señor!, mi porción de herencia es el guardar tu santa ley. •
[58] Tu favor he implorado de todo mi corazón; apiádate de mí, según tu promesa.
[59] He examinado mi vida, y enderezado mis pasos a la observancia de tus mandamientos. •
[60] Resuelto estoy, y nadie me arredrará de cumplir tus preceptos. •
[61] Los lazos de los pecadores me rodean por todas partes; mas yo no me olvido de tu ley. •
[62] A medianoche me levantaba a tributarte gracias por tus juicios llenos de justicia. •
[63] Yo entro a la parte, o tengo sociedad con todos los que te temen y observan tus mandamientos. •
[64] Llena está la tierra, ¡oh Señor!, de tu piedad. Amaéstrame en tus justísimos preceptos.
[65] Has usado de bondad, oh Señor, con tu siervo, según tu promesa.
[66] Enséñame la bondad, la doctrina y la sabiduría; pues he creído tus preceptos. •
[67] Antes de ser yo humillado, pequé; mas ahora obedezco ya tu palabra. •
[68] Eres ¡oh Señor!, infinitamente bueno; instrúyeme, pues, por tu bondad, en tus justísimas disposiciones. •
[69] Los soberbios han forjado mil calumnias contra mí; pero yo con todo mi corazón guardaré tus mandamientos. •
[70] Se engrasó su corazón como sebo o leche cuajada; mas yo me ocupo en meditar tu santa ley. •
[71] Bien me está que me hayas humillado; para que así aprenda tus justísimos preceptos. •
[72] Mejor es para mí la ley que salió de tu boca, que millones de oro y plata. •
[73] Tus manos, Señor, me hicieron, y me formaron; dame el don de entendimiento, y aprenderé tus mandamientos. •
[74] Me verán los que te temen, y se llenarán de gozo, porque puse toda mi esperanza en tus palabras. •
[75] He conocido, Señor, que tus juicios son justísimos; y conforme a tu verdad me has humillado. •
[76] Venga, pues, la misericordia tuya a consolarme, según la palabra que diste a tu siervo. •
[77] Venga sobre mí tu piedad, y viviré, puesto que tu ley es mi dulce meditación.
[78] Confundidos sean los soberbios, por los inicuos atentados que han cometido contra mí; entretanto yo meditaré tus mandamientos. •
[79] Que se reúnan conmigo los que temen, y los que conocen tus sagrados testimonios. •
[80] Haz que mi corazón se conserve puro en la práctica de tus mandamientos, para que yo no quede confundido.
[81] Desfallece mi alma, suspirando por la salud que de ti viene; mas yo siempre he esperado firmemente en tu palabra. •
[82] Desfallecieron mis ojos de tanto esperar tu promesa. ¿Cuándo será, Señor, decía yo, que me consolarás?
[83] Porque me he quedado seco y árido, como un odre expuesto a la escarcha; mas con todo, no me he olvidado de tus justísimos preceptos. •
[84] ¡Oh Señor! ¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás justicia de mis perseguidores? •
[85] Me contaron los impíos mil fábulas y fruslerías, ¡cuán diferente es todo esto de tu santa ley! •
Según el texto hebreo, se debe traducir Los soberbios me proponían proyectos peligrosos y no se conformaban con tu ley.
[86] Todos tus preceptos son la verdad pura. Me han perseguido injustamente, socórreme tú ¡oh Señor! •
[87] Poco faltó que no dieran conmigo en tierra; pero yo no dejé jamás tus preceptos. •
[88] Vivifícame, ¡oh Señor!, según tu misericordia; y observaré los mandamientos salidos de tu divina boca.
[89] Eternamente, ¡oh Señor!, permanece en los cielos tu palabra. •
[90] Tu verdad durará de generación en generación. Tú fundaste la tierra, y ella subsiste. •
[91] En virtud de tu ordenación continúa el curso de los días, pues todas las cosas te sirven. •
[92] A no haber sido tu ley el objeto de mi meditación, hubiera sin duda perecido en mi angustia. •
[93] Nunca jamás olvidaré tus justísimas instituciones; pues me diste en ellas la vida.
[94] Tuyo soy yo, Señor, sálvame, pues he investigado con ansia tus mandamientos.
[95] Estuvieron los pecadores a la mira de mí para perderme; yo me dediqué entonces a estudiar tus divinos oráculos. •
[96] Tengo visto el fin de lo más perfecto y cumplido, sólo tu ley no tiene ningún término ni medida. •
[97] ¡Cuán amable me es tu ley!, ¡oh Señor! todo el día es materia de mi meditación. •
[98] Con tu mandamiento o ley divina me hiciste superior en prudencia a mis enemigos; porque le tengo permanentemente ante mis ojos. •
[99] He comprendido yo más que todos mis maestros, porque tus mandamientos son mi meditación continua. •
[100] Alcancé más que los ancianos, porque he ido investigando tus preceptos.
[101] Desvié mis pies de todo mal camino, para obedecer tus palabras. •
[102] De tus estatutos no me he desviado, porque tú me lo prescribiste por ley.
[103] ¡Oh cuán dulces son a mi paladar tus palabras!; más que la miel a mi boca. •
[104] De tus mandamientos saqué gran caudal de ciencia; por eso aborrezco toda senda de iniquidad. •
[105] Antorcha para mis pies es tu palabra; y luz para mis sendas. •
[106] Juré, y ratifiqué el observar tus justísimos decretos. •
[107] He sido abatido, Señor, en gran manera: vivifícame según tu promesa. •
[108] Recibe, ¡oh Señor!, con agrado los espontáneos sacrificios de alabanza que te ofrecen mis labios; enséñame tus juicios. •
[109] Tengo siempre mi alma en la mano, o en un hilo; pero yo no me olvidé de tu ley. •
[110] Me tendieron los lazos los pecadores; pero yo no salí del camino de tus mandamien-tos. •
[111] He adquirido los testimonios de tu ley, para que sean eternamente mi patrimonio; pues son ellos la alegría de mi corazón. •
[112] Incliné mi corazón a la práctica perpetua de tus justísimos mandamientos, por la esperanza del galardón. •
[113] Aborrecí los impíos; y amé tu santa ley. •
[114] Tú eres, Señor, mi auxilio y amparo, y en tu palabra tengo puesta toda mi esperanza. •
[115] Retiraos de mí, malignos; yo me ocuparé en estudiar los mandamientos de mi Dios.
[116] Acógeme Señor, según tu promesa, y haz que yo viva, y no permitas que quede burlada mi esperanza. •
[117] Ayúdame, y seré salvo, y meditaré continuamente tus justos decretos.
[118] Miraste con desprecio a todos aquellos que se desvían de tus preceptos; porque injusto es su modo de pensar.
[119] He considerado prevaricadores a todos los pecadores de la tierra; por eso amé tus testimonios. •
[120] Traspasa con tu santo temor mis carnes, pues tus juicios me han llenado de espanto. •
[121] He ejercido la rectitud y la justicia; no me abandones en poder de mis calumniadores. •
[122] Da la mano a tu siervo para obrar el bien; no me opriman con calumnias los soberbios. •
[123] Desfallecieron mis ojos, esperando me viniera de ti la salvación, y el cumplimiento de tu palabra. •
[124] Trata a tu siervo conforme a tu misericordia, y enséñame tus justísimos decretos. •
[125] Siervo tuyo soy yo; dame inteligencia para que comprenda tus preceptos.
[126] Tiempo es, oh Señor, de obrar con rigor; los soberbios han echado por el suelo su ley. •
[127] Por lo mismo he amado tus mandamientos más que el oro y los topacios. •
[128] Por eso me encaminé por la senda de todos tus preceptos, y he detestado todos los caminos de la iniquidad. •
[129] Admirables son tus testimonios: por eso los ha observado exactamente mi alma. •
[130] La explicación de tus palabras ilumina y da inteligencia a los pequeños. •
[131] Abrí mi boca, y respiré; porque estaba anhelando tus mandamientos. •
[132] Vuelve hacia mí tus ojos, y mírame con piedad, según sueles hacerlo con los que aman tu Nombre. •
[133] Endereza mis pasos según la norma de tus palabras, y haz que no reine en mí injusticia alguna.
[134] Líbrame de las calumnias de los hombres, para que yo cumpla tus mandamientos. •
[135] Haz brillar sobre tu siervo la luz de tu divino rostro; y enséñame tus justísimos decretos. •
[136] Arroyos de lágrimas han derramado mis ojos, por no haber observado tu santa ley. •
[137] Justo eres, oh Señor, y rectos son tus juicios. •
[138] Recomendaste estrechamente la observancia de tus preceptos, que son la misma justicia y verdad. •
[139] Mi celo me ha hecho consumir de dolor, porque mis enemigos se han olvidado de tus palabras. •
[140] Acendrada en extremo es tu palabra, y está tu siervo enamorado de ella. •
[141] Pequeño soy yo, y de poca estima; mas no he puesto en olvido tus justísimos oráculos. •
[142] Tu justicia es eterna justicia, y tu ley la verdad misma. •
[143] Me sorprendieron las tribulaciones y angustias; tus mandamientos son mi dulce meditación. •
[144] Llenos están de eterna justicia los testimonios de tu ley; dame la inteligencia de ellos, y tendré vida. •
[145] Clamé de todo mi corazón: Escúchame, ¡oh Señor!, y haz que yo vaya en pos de tus justísimos preceptos. •
[146] A ti clamé diciendo: Sálvame de la tentación, para que yo observe tus mandamientos.
[147] Me anticipé y clamé muy de mañana, porque esperé firmemente tus palabras. •
[148] Antes de amanecer se dirigieron hacia ti mis ojos para meditar tu ley. •
[149] Escucha, Señor mi voz según tu misericordia, y vivifícame conforme lo has prometido. •
[150] Se arrimaron a la iniquidad mis perseguidores, y se alejaron de tu ley. •
[151] Cerca estás de mí, ¡oh Señor!, y todos tus caminos son la verdad misma. •
[152] Desde el principio conocí que has establecido tus preceptos para que subsistan eternamente. •
[153] Mira, Señor, mi abatimiento, y líbrame; pues no me he olvidado de tu ley. •
[154] Sentencia tú mi causa, y libértame; por respeto a tu palabra vuélveme la vida. •
[155] Lejos está de los pecadores la salvación; porque no han cuidado de obedecer tus justísimos preceptos. •
[156] Tu misericordia, Señor, es mucha; vivifícame según tu promesa.
[157] Muchos son los que me persiguen y atribulan; pero yo no me he desviado de tus mandamientos. •
[158] Los veía prevaricar, y me consumía de dolor al ver que no hacían caso de tus palabras. •
[159] Mira, ¡oh Señor!, cuánto he amado tus mandamientos; por tu misericordia otórgame la vida. •
[160] El principio o suma de tus palabras es la verdad; eternas son todas las disposiciones o promesas de tu justicia. •
[161] Sin causa alguna me han perseguido los príncipes; mas mi corazón ha temido siempre tus palabras. •
[162] Me alegraré en tus promesas; como quien halla ricos despojos. •
[163] Aborrecí la injusticia, la detesté; y he amado tu santa ley. •
[164] Siete veces al día te tributé alabanzas por los oráculos de tu justicia. •
De aquí se originaron las siete horas canónicas del rezo eclesiástico.
[165] Gozan de suma paz los amadores de tu ley, sin que hallen tropiezo alguno. •
[166] Yo esperaba, Señor, la salud que de ti viene; y entretanto amaba tus mandamientos. •
[167] Mi alma ha guardado tus preceptos, y los ha amado ardientemente.
[168] He observado tus mandamientos y sagrados testimonios; porque sabía que todas mis acciones están presentes a tus ojos. •
[169] Lleguen, ¡oh Señor!, a tu presencia mis plegarias: conforme a tu promesa dame el don de entendimiento. •
[170] Penetren mis ruegos hasta llegar ante tu acatamiento; líbrame del mal según tu palabra.
[171] Rebosarán mis labios en himnos de alabanza, cuando tú me hayas enseñado tus justísimos oráculos. •
[172] Mi lengua anunciará tu palabra; porque todos tus preceptos son la misma equidad.
[173] Extiende tu mano para salvarme; pues yo he preferido a todo tus mandamientos. •
[174] ¡Oh Señor! ardientemente he deseado la salud que de ti viene, y tu ley es el objeto continuo de mi meditación.
[175] Vivirá mi alma, y te alabará; y tus juicios serán mi apoyo y defensa. •
[176] He andado errante como una oveja descarriada: ven a buscar a tu siervo, porque no me he olvidado, ¡oh Señor!, de tus mandamientos. •