Salmos, 113
[1] Cuando Israel salió de Egipto, al partir la casa de Jacob de en medio de aquel pueblo extranjero. •
El texto griego y la Vulgata latina unen los salmos 114 y 115 en uno, el 113. El salmo 114 recuerda hechos de salvación del Exodo, haciendo una fusión de lo sucedido en el mar Rojo y los sucesos del río Jordán.
[2] Consagró Dios a su servicio al pueblo de Judá, y estableció su imperio en Israel. •
[3] El mar lo vio, y echó a huir; el Jordán volvió hacia atrás. •
[4] Los montes brincaron de gozo como carneros, y los collados como corderitos. •
[5] ¿Qué tienes tú, ¡oh mar!, que así has huido?; y tú, ¡oh Jordán!, ¿por qué has vuelto atrás?
[6] Vosotros, ¡oh montes!, ¿por qué brincasteis de gozo como carneros?; y ¿vosotros, ¡oh collados!, como corderitos?
[7] Por la presencia del Señor se estremeció la tierra, por la presencia del Dios de Jacob ,
[8] que convirtió la peña en estanque de aguas, y en fuentes de aguas la árida roca. •
[9] No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu Nombre da toda la gloria, •
Estos versículos sin título en el texto hebreo son una proclamación del Dios verdadero y el rechazo de los dioses falsos.
[10] para hacer brillar tu misericordia y tu verdad; a fin de que jamás digan los gentiles: ¿Dónde está su Dios? •
[11] Nuestro Dios está en los cielos, él ha hecho todo cuanto quiso. •
[12] Los ídolos de las naciones no son más que plata y oro, obra de las manos de los hombres. •
[13] Boca tienen, mas no hablarán; tienen ojos pero jamás verán. •
[14] Orejas tienen, y nada oirán; narices, y no olerán. •
[15] Tienen manos, y no palparán; pies, mas no andarán; ni articularán una voz con su garganta. •
[16] Semejantes sean a estos ídolos los que los hacen, y cuantos ponen en ellos su confianza. •
[17] La casa de Israel colocó en el Señor su esperanza; el Señor es su amparo y su protección. •
[18] La casa de Aarón esperó en el Señor; el Señor es su amparo y su protección. •
[19] En el Señor han esperado los que le temen y adoran; el Señor es su amparo y su protección. •
De cualquier nación que sean. Cl. 3, 11..
[20] Se acordó de nosotros el Señor, y nos bendijo. Bendijo a la casa de Israel, bendijo a la casa de Aarón. •
[21] Bendijo a todos los que temen al Señor, así a los pequeños como a los grandes. •
[22] Aumente el Señor sobre vosotros sus bendiciones, sobre vosotros y sobre vuestros hijos. •
[23] Benditos seais vosotros del Señor, el cual hizo el cielo y la tierra. •
[24] El cielo empíreo es para el Señor; mas la tierra la dio a sus hijos de los hombres. •
[25] ¡Oh Señor!, no te alabarán los muertos, ni cuantos descienden al sepulcro. •
[26] Nosotros sí, los que vivimos, bendecimos al Señor desde ahora, y por todos los siglos. •