Salmos, 111
[1] Bienaventurado el hombre que teme al Señor, y que toda su afición la pone en cumplir sus mandamientos. •
[2] Poderosa será sobre la tierra la descendencia suya; bendita será la generación de los justos. •
[3] Gloria y riquezas habrá en su casa, y su justicia durará eternamente. •
[4] Ha nacido entre las tinieblas la luz para los de corazón recto; el misericordioso, el benigno, el justo. •
[5] Dichoso el hombre que se compadece, y da prestado al pobre; y que dispensa sus palabras con discreción, •
[6] porque jamás resbalará.
[7] El justo vivirá eternamente en la memoria de Dios y de los hombres; no temerá al oír malas nuevas. Su corazón está siempre dispuesto a esperar en el Señor. •
[8] Fortalecido está su corazón; no vacilará el justo; y mirará con desprecio a sus enemigos. •
[9] Derramó a manos llenas sus bienes entre los pobres; su justicia permanece eternamente; su fortaleza será exaltada con gloria. •
[10] Lo verá el pecador, y se irritará; rechinará los dientes, y se consumirá; pero los deseos y esfuerzos de los pecadores se desvanecerán como el humo. •