Salmos, 100
[1] Cantaré, Señor, las alabanzas de tu misericordia y de tu justicia. •
[2] Las cantaré al son de instrumentos músicos y estudiaré el camino de la perfección. ¿Y cuándo vendrás a mí para fortalecerme? He vivido con inocencia de corazón en medio de mi familia. •
[3] Jamás he puesto la mira en cosa injusta; he aborrecido a los transgresores de la ley. •
[4] Conmigo no han tenido cabida hombres de corazón depravado; ni he querido conocer al que con su proceder maligno se desviaba de mí. •
[5] Al que calumniaba secretamente a su prójimo, a éste lo he perseguido. No admitía en mi mesa a hombres de ojos altaneros y de corazón insaciable. •
[6] Dirigí mi vista en busca de los hombres fieles del país, para que habiten conmigo; los que procedían irreprensiblemente, ésos eran mis ministros. •
[7] No morará en mi casa el que obra con soberbia o dolo; ni hallará gracia en mis ojos aquel que habla iniquidades. •
[8] Al levantarme por la mañana mi primer cuidado era exterminar a todos los pecadores del país, para extirpar de la ciudad del Señor a todos los facinerosos. •
Propósito de una justicia total e ideal. Rm. 13, 4.