Oseas, 11
[1] Como pasa el crepúsculo de la mañana, así pasó el rey de Israel. Al principio era la casa de Israel un niño, yo lo amé; y yo llamé e hice venir de Egipto a mi hijo. •
[2] Mis profetas amonestaron a los hijos de Israel; pero éstos se alejaron tanto más de ellos, ofrecían víctimas a Baal y sacrificios a los ídolos. •
[3] Yo me hice como ayo de Efraín, le traje en mis brazos, y los hijos de Efraín desconocieron que yo soy el que cuida de su salud. •
[4] Yo los atraje hacia mí con vínculos propios de hombres, con los vínculos de la caridad; yo fui para ellos como quien les aliviaba el yugo que apretaba sus quijadas, y les presenté qué comer. •
[5] No volverán ya todos ellos a la tierra de Egipto; sino que el asirio será su rey, por cuanto no han querido convertirse. •
[6] La espada ha comenzado a recorrer sus ciudades, y consumirá la flor de sus habitantes, y devorará sus caudillos. •
[7] Entretanto estará mi pueblo como en un hilo, esperando con ansia que yo vuelva; mas a todos se les pondrá un yugo perpetuo. •
[8] ¿Qué haré yo de ti, oh Efraín? ¿Seré yo tu protector, oh Israel? Pues qué ¿podré yo tratarte como a Adama, ni ponerte como puse a Seboim? ¡Ah! mis entrañas se conmueven dentro de mí, yo me siento como arrepentido. •
Gn. 10, 19; 19, 24; Dt. 29, 23.
[9] No dejaré obrar el furor de mi indignación, no me resolveré a destruir a Efraín, porque yo soy Dios y no un hombre. El Santo ha habitado en medio de ti, y así no entraré en la ciudad para destruirla. •
[10] Ellos seguirán al Señor, cuando él ruga como león. Rugirá el Señor, y causará asombro a los hijos del mar. •
[11] Y volarán desde Egipto como un ave ligera, y como veloz paloma a su nido vendrán de tierra de Asiria, y yo los restableceré en sus moradas, dice el Señor. •
[12] Efraín me ha estrechado el paso con renegar de mí, y con sus fraudes la casa de Israel; Judá ha venido a dar testimonio a Dios de su amor, y sigue fielmente el camino de los santos. •
2 Re 18.