Levítico, 2
[1] Cuando alguna persona ofreciere al Señor una oblación de harina en sacrificio de acción de gracias será su ofrenda flor de harina, sobre la cual derramará aceite y pondrá incienso, •
[2] y la presentará a los sacerdotes, hijos de Aarón; uno de los cuales tomará un puñado entero de flor de harina, con el aceite y todo el incienso, y lo quemará sobre el altar, como para recuerdo y olor suavísimo al Señor. •
[3] Lo restante del sacrificio será de Aarón y sus hijos, y se mirará como cosa sagrada y santa, por cuanto proviene de las oblaciones del Señor. •
[4] Mas si se ofreciere ofrenda de flor de harina cocida en horno, han de ser panes sin levadura amasados con aceite, y lasañas también sin levadura untadas con aceite.
[5] Si tu ofrenda fuere de cosa frita en sartén, será de flor de harina amasada con aceite, sin levadura.
[6] Y la desmenuzarás, y echarás aceite sobre ella.
[7] Y si la ofrenda se hiciere de cosa cocida en parrilla o cazuela, será igualmente la flor de harina amasada con aceite;
[8] y ofreciéndola al Señor, la pondrás en manos del sacerdote;
[9] quien después de hecha la oferta al Señor, tomará parte de ella para memoria delante de Dios, y la quemará sobre el altar en olor suavísimo al Señor. •
[10] El resto será de Aarón y de sus hijos; siendo como es cosa santa y sagrada, por tomarse de las oblaciones del Señor.
[11] Toda ofrenda que se ofrece al Señor ha de ser sin levadura; y no se ha de quemar sobre el altar en sacrificio al Señor cosa con levadura, ni con miel. •
[12] De estas cosas solamente podéis ofrecer primicias y presentes; mas no se podrán ofrecer sobre el altar en olor de suavidad. •
[13] Todo lo que ofreciereis en sacrificio, lo has de sazonar con sal, y no faltará del sacrificio la sal de la alianza con Dios. En todas tus ofrendas ofrecerás sal. •
[14] Pero cuando ofrecieres al Señor la oblación de las primicias de tus mieses, de las espigas, todavía verdes, las has de tostar al fuego, y desmenuzar como se hace con el grano, y ofrecerás así tus primicias al Señor, •
Las de cebada se ofrecían por Pascua, las de pan de trigo por Pentecostés y por las fiestas de los Tabernáculos las de todos los demás frutos. Este texto habla de las de cebada.
[15] derramando encima aceite y poniendo incienso, por ser oblación del Señor.
[16] De la cual el sacerdote quemará en memoria del don, parte del grano desmenuzado y del aceite y todo el incienso.