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Jeremías, 5


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[1] Recorred las calles de Jerusalén . Ved y observad, y buscad en sus plazas si encontráis un hombre que obre lo que es justo, y que procure ser fiel; y si lo halláis, yo usaré con ella de misericordia.

[2] Pues aun cuando dicen todavía: Vive el Señor, Dios verdadero; aun entonces juran con mentira.

[3] Señor, tus ojos están mirando siempre la fidelidad o verdad; azotaste a estos perversos, y no les dolió; los moliste a golpes, y no han hecho caso de la corrección; endurecieron sus frentes más que un peñasco, y no han querido convertirse a ti.

[4] Entonces dije yo: Tal vez éstos son los pobres e idiotas que ignoran el camino del Señor, los juicios de su Dios.

[5] Iré, pues, a los principales del pueblo y hablaré a ellos, que sin duda esos saben el camino del Señor, los juicios de su Dios. Pero hallé que éstos, aún más que los otros, todos a una quebrantaron el yugo del Señor, rompieron sus correas.

[6] Pero el león del bosque los ha desgarrado; el lobo al anochecer los ha exterminado; el leopardo está acechando en torno de sus ciudades, todos cuantos salgan de ellas, caerán en sus garras; porque se han multiplicado sus prevaricaciones, y se han obstinado en sus apostasías.

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Nabucodonosor es llamado león.

[7] ¿Por qué título podré yo inclinarme a serte propicio a ti, oh pueblo rebelde? Tus hijos me han abandonado, y juran por el nombre de aquellos que no son dioses; yo los colmé de bienes, y ellos se han entregado al adulterio, y han desahogado su lujuria en casa de la mujer prostituta.

[8] Han llegado a ser como caballos padres desenfrenados y en estado de calor, con tanto ardor persigue cada cual la mujer de su prójimo.

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Ez. 22, 11.

[9] Pues, ¿no he de castigar yo estas cosas, dice el Señor, y no se vengará mi alma de una tal gente?

[10] Escalad, ¡oh pueblos de Caldea!, sus muros, y derribadlos; mas no acabéis del todo con ella; quitadle los sarmientos, porque no son del Señor;

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Llevaos cautivos sus hijos.

[11] puesto que la casa de Israel y la casa de Judá han pecado enormemente contra mí, dice el Señor;

[12] ellas renegaron del Señor, y dijeron: No es él el Dios verdadero; no nos sobrevendrá ningún desastre; no veremos la espada, ni el hambre.

[13] Sus profetas hablaban al aire; y no tuvieron jamás respuesta de Dios. Tales cosas, pues, a ellos les sobrevendrán, no a nosotros.

[14] Esto me dice el Señor Dios de los ejércitos: Porque habéis proferido vosotros tales palabras, he aquí, ¡oh Jeremías!, que yo desde ahora pongo en tu boca mis palabras cual fuego devorador, y le doy ese pueblo por leña para que sea de él consumido.

[15] Yo voy a traer sobre vosotros, ¡oh familia de Israel!, dice el Señor, una nación lejana, nación robusta, nación antigua, nación cuya lengua tú no sabrás, ni entenderás lo que habla.

[16] Su aljaba es como un sepulcro abierto; todos ellos son valerosos soldados.

[17] Esta nación conquistadora se comerá tus cosechas y tu pan; se tragará tus hijos y tus hijas; comerá tus rebaños y tus vacadas; acabará con tus viñas y tus higuerales: y asolará con la espada tus fuertes ciudades, en que tú tienes puesta la confianza.

[18] Con todo eso, en aquellos días no acabaré del todo con vosotros, dice el Señor.

[19] Que si dijereis: ¿Por qué ha hecho el Señor Dios nuestro contra nosotros todas estas cosas?, tú les responderás: Así como vosotros me habéis abandonado a mí, dice el Señor, y habéis servido a los dioses extraños en vuestra tierra, así les serviréis ahora en tierra extranjera.

[20] Anunciad esto a la casa de Jacob , y pregonadlo en Judá, diciendo:

[21] Escucha, ¡oh pueblo insensato y sin cordura!; vosotros que teniendo ojos no veis, y teniendo orejas no oís:

[22] ¿conque a mí no me temeréis, dice el Señor, ni os arrepentiréis delante de mí? Yo soy el que al mar le puse por término la arena, ley perdurable que no quebrantará; han de levantarse sus olas, y no traspasarán sus límites; y se encresparán, pero no pasarán más adelante.

[23] Pero este pueblo se ha formado un corazón incrédulo y rebelde; se han retirado de mí y se han ido en pos de los ídolos.

[24] En vez de decir en su corazón: Temamos al Señor Dios nuestro, que nos da a su tiempo la lluvia temprana y la tardía, y que nos da todos los años una abundante cosecha.

[25] Vuestras maldades han hecho desaparecer estas cosas; y vuestros pecados han retraído de vosotros el bienestar.

[26] Por cuanto se hallan impíos en mi pueblo, acechando como cazadores, poniendo lazos y trampas para cazar hombres,

[27] como jaula o red de cazadores llena de aves, así están sus casas llenas de fraudes; con ellos se han engrandecido y se han hecho ricos.

[28] Se engrosaron y engordaron; y han violado pésimamente mis preceptos: No han administrado justicia a la viuda, ni han defendido la causa del huérfano, y no hicieron justicia al pobre.

[29] ¿Cómo no he de castigar yo estas cosas, dice el Señor?; ¿o cómo puede mi alma dejar de tomar venganza de esta gente?

[30] Cosa asombrosa, cosa muy extraña es la que ha sucedido en esta tierra:

[31] Los profetas profetizaban mentiras, y los sacerdotes los aplaudían con palmoteos; y mi pueblo gustó de tales cosas: ¿Qué será, pues, de él al llegar su fin?

Jeremías, 5