Jeremías, 30
[1] Habló el Señor a Jeremías, diciendo: •
[2] Esto manda el Señor Dios de Israel: Escribe en un libro todas las palabras que yo te he hablado. •
[3] Porque he aquí que llegará tiempo, dice el Señor, en que yo haré volver los cautivos de mi pueblo de Israel y de Judá, y los haré regresar, dice el Señor, a la tierra que di a sus padres, y la poseerán. •
[4] He aquí las palabras que dirigió el Señor a Israel y a Judá: •
[5] Así habla el Señor: Algún día diréis: Oído hemos voces de terror y espanto, y no de paz. •
[6] Preguntad y sabed si son por ventura los varones los que han de parir. Porque ¿cómo es que estoy viendo en ansiedad a todos los hombres con las manos sobre sus lomos, como la mujer que está de parto, y cubiertos sus rostros de amarillez? •
Enérgica figura que indica la gran desgracia.
[7] ¡Ay! que aquel día es grande y terrible, ni hay otro que se le parezca; tiempo de tribulación para Jacob , de la cual será al fin librado. •
La lamentación termina en un sencillo anuncio de salvación. Ap 13; Jl. 2, 11.
[8] Y sucederá aquel día, dice el Señor de los ejércitos, que yo haré pedazos el yugo que Nabucodonosor puso sobre tu cuello, y romperé sus ataduras, y no te dominarán más los extranjeros; •
[9] sino que los hijos de Israel servirán al Señor su Dios y al hijo de David su rey, que yo suscitaré para ellos. •
[10] No temas, pues, tú ¡oh siervo mío Jacob !, dice el Señor, ni tengas miedo, ¡oh Israel!, que yo te sacaré de ese país remoto en que estás, y a tus descendientes de la región en que se hallan cautivos; y Jacob volverá, y vivirá en reposo, y en abundancia de bienes, sin que tenga que temer a nadie. •
[11] Pues que estoy yo contigo, dice el Señor, para salvarte. Porque yo exterminaré todas las naciones, entre las cuales te dispersé; a ti no te destruiré del todo, sino que te castigaré según mis juicios, a fin de que no te tengas por inocente. •
[12] Así, pues, esto dice el Señor: Incurable es tu fractura; es muy maligna tu llaga. •
[13] No hay quien forme un cabal juicio de tu mal para curarlo; no hay remedios que te aprovechen. •
[14] Se han olvidado de ti todos tus amadores, y no se curarán ya de ti para ser amigos tuyos, en vista de que te he hecho una llaga como de mano hostil y con un terrible azote; porque estás endurecida en tus pecados a causa de tu gran iniquidad. •
[15] ¿Por qué alzas el grito en tus penas? Tu dolor es incurable, por tus grandes maldades y por la obstinación en tus pecados hice contigo esas cosas.
[16] Mas todos aquellos que te muerden serán devorados, y todos tus enemigos serán llevados cautivos, y aquellos que te asuelen serán asolados, y entregados al saqueo tus saqueadores. •
[17] Porque yo cicatrizaré tu llaga, y curaré tus heridas, dice el Señor. Ellos, ¡oh Sión!, te han llamado la repudiada: Esta es, dicen, la que no tiene quien la busque o pretenda. •
[18] Pero esto dice el Señor: Yo haré que vuelvan los cautivos que habitan en las tiendas o tabernáculos de Jacob , y tendré piedad de sus casas, y será reedificada la ciudad en su altura, y fundado el templo según su anterior estado. •
[19] Y saldrán de sus labios alabanzas y voces de júbilo; y yo los multiplicaré, y no se disminuirá su número; los llenaré de gloria, y no volverán a ser envilecidos. •
[20] Y serán sus hijos fieles como al principio , y su congregación permanecerá estable en mi presencia; y castigaré a todos los que la atribulan.
[21] Y de él, esto es, de Jacob , nacerá su caudillo o Mesías, y de en medio de él saldrá a luz el Príncipe; al cual me lo allegaré a mí, y él se estrechará conmigo. Porque ¿quién es aquel que de tal modo se acerque a mí con su corazón, dice el Señor? •
[22] Vosotros seréis entonces mi pueblo fiel, y yo seré vuestro Dios siempre benigno.
[23] Pero he aquí que el torbellino del Señor, el furor que está respirando, la inminente tempestad, todo descargará sobre la cabeza de los impíos. •
[24] No apaciguará el Señor el furor de su indignación, hasta cuando haya ejecutado y cumplido los designios de su corazón; al fin de los tiempos entenderéis estas cosas. •