Isaías, 43
[1] Y ahora he aquí lo que dice el Señor, Creador tuyo, ¡oh Jacob !; el que te formó, ¡oh Israel! No temas; pues yo te redimí y te llamé por tu nombre: Tú eres todo mío. •
[2] Cuando pasares por entre las aguas, estaré yo contigo, y no te anegarán sus corrientes: cuando anduvieres por el fuego, no le quemarás, ni la llama tendrá ardor para ti; •
[3] porque yo soy el Señor Dios tuyo, el Santo de Israel, tu Salvador ; yo di por tu rescate a Egipto, Etiopía y Sabá. •
Cuando Sennaquerib estaba para devastar toda la Judea y poner sitio a Jerusalén, Dios hizo que en vez de ir contra la Judea, fuera contra Egipto, Etiopía y el país de los sabeos. Así estos pueblos fueron el precio con que quedó libertado Israel.
[4] Después que te hiciste estimable y glorioso a mis ojos, yo te he amado, y entregaré por ti hombres, y daré pueblos por tu salvación. •
[5] No temas, pues, porque yo estoy contigo; desde el oriente conduciré tus hijos ¡oh Jerusalén !, desde el occidente los congregaré. •
[6] Dámelos, diré al septentrión; y al mediodía: No los retengas; traedme a mis hijos de sus remotos climas, y a mis hijas del cabo del mundo; •
[7] porque a todos aquellos que invocan mi santo nombre los creé, los formé, e hice para gloria mía. •
[8] Echa, fuera al pueblo aquel que es ciego, aunque tiene ojos, y sordo, aunque tiene orejas. •
[9] Júntense las naciones todas, y reúnanse las tribus: ¿quién de vosotros anunciará esto, y nos hará oír aquello que debe primeramente acontecer? Presenten sus testigos, justifíquense de modo que los oyentes puedan decir: Verdad es. •
[10] Vosotros, dice el Señor, sois mis testigos, y el siervo mío a quien escogí; a fin de que conozcáis y creáis, y comprendáis bien que yo soy el mismo Dios. No fue formado antes de mí Dios alguno, ni lo será después de mí. •
[11] Yo soy, yo soy el Señor, y no hay otro salvador que yo. •
[12] Yo lo dije, y yo fui el que os salvé, os lo hice conocer, y no hubo entonces dios extraño entre vosotros; vosotros sois mis testigos, dice el Señor, y vosotros sabéis que yo soy el Dios único y verdadero; •
[13] y yo soy el mismo desde el principio o desde la eternidad; y no hay nadie que pueda sustraerse de mi mano. Yo haré una cosa ¿y quién me la impedirá? •
[14] Esto dice el Señor y Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por amor de vosotros he enviado gentes a Babilonia, y he echado por tierra todas sus defensas, y a los caldeos que se jactaban de sus naves. •
[15] Yo el Señor, el Santo vuestro, el Creador de Israel, el rey vuestro.
[16] Esto dice el Señor que abrió camino en el mar, y senda en medio de corrientes impetuosas. •
[17] El es quien hizo salir de Egipto carros armados y caballos: los escuadrones y todos sus valientes durmieron a una el sueño de la muerte, y no despertarán; fueron machacados como lino, y perecieron.
[18] Mas no hagáis mención de las cosas pasadas ni miréis a las antiguas.
[19] Heos aquí que las haré yo nuevas y más maravillosas, y ahora saldrán a la luz, y vosotros las presenciaréis: Abriré un camino en el desierto, y manantiales de agua en país yermo. •
[20] Las bestias fieras, los dragones y avestruces me glorificarán; porque he hecho brotar aguas en el desierto, y ríos en despoblado, para que beba mi pueblo, mi pueblo escogido; •
[21] pueblo que yo formé para mí, el cual cantará mis alabanzas.
[22] Pues tú, ¡oh Jacob !, no me invocaste; ni hiciste caso de mí, ¡oh Israel!
[23] No me ofreciste a mí los carneros en holocausto, ni me has honrado con tus sacrificios; no soy yo aquel a quien tú has servido con ofrendas; ni el que te ha dado el trabajo de quemar el incienso. •
[24] No has comprado para mí, con dinero, la caña aromática, ni me has satisfecho con la grasa de tus víctimas. Antes bien te has servido de mí en tus pecados, y me has causado gran pena con tus iniquidades. •
[25] Yo soy, no obstante, yo mismo soy el que borró tus iniquidades por amor de mí mismo, y no me acordaré más de tus pecados.
[26] Tráeme, si no tú a la memoria tus acciones; entremos ambos en juicio: Alega si tienes alguna cosa que te justifique. •
Rom 3.
[27] Tu padre pecó primero, y prevaricaron contra mí tus intercesores o mediadores. •
[28] Por eso declaré inmundos los príncipes del santuario, y a Jacob lo entregué al exterminio, y a Israel al oprobio. •