Isaías, 32
[1] Sabed que un rey de Judá reinará con justicia, y sus magistrados gobernarán con rectitud. •
[2] Y este varón será como un lugar de refugio para guardarse del viento y guarecerse de las tempestades; como arroyos de frescas aguas en tiempo de sequía, y como la sombra de una alta peña en medio de un ardiente páramo. •
[3] No se ofuscarán ya los ojos de los videntes o profetas, y escucharán con atención los oídos de los que oirán a los profetas. •
[4] Entonces el corazón de los necios entenderá la ciencia, y hablará clara y expeditamente la lengua de los balbucientes. •
[5] El insensato no será más llamado príncipe ni tendrá el tramposo el título de magnate. •
[6] Porque el necio hablará necedades y su corazón maquinará maldades usando de hipocresía y hablando de Dios con doblez y consumiendo el alma del hambriento y quitando el agua al que muere de sed.
[7] Las armas de que se vale el impostor son muy malignas; pues está siempre maquinando las tramas para perder con mentirosas palabras a los mansos o pobres afligidos, mientras el pobre habla y pide lo que es justo. •
[8] Pero el príncipe que yo os vaticino, pensará cosas dignas de un príncipe, y velará sobre los caudillos de su pueblo. •
[9] Mujeres opulentas, levantaos y escuchad mi voz; hijas que confiáis en las riquezas, prestad oídos a mis palabras. •
[10] Porque después de días y de año o años, vosotras que vivís tan confiadas os hallaréis en gran turbación, pues ya no habrá más vendimias en el país de Judá, ni más recolección de frutos. •
Después de un largo tiempo.
[11] Pasmaos, mujeres opulentas; temblad vosotras que estabais tan confiadas; desnudaos vuestras galas, confudíos, poneos haldas en cinta. •
Para servir como esclavas.
[12] Llorad por los niños que criáis a vuestros pechos; llorad sobre vuestra amada patria, sobre vuestras fértiles viñas. •
[13] Espinas y abrojos cubrirán la tierra de mi pueblo: ¿cuánto más descargará el castigo sobre las casas todas de la ufana Jerusalén , de esa ciudad que rebosa en alegría? •
[14] Lo cierto es que la casa mía quedará abandonada, reducida a una soledad esa ciudad populosa, cubiertas para siempre de densísimas tinieblas sus casas, las cuales quedarán hechas cavernas, donde retozarán los asnos monteces y pastarán los ganados, •
[15] hasta tanto que desde lo alto se derrame sobre nosotros el espíritu del Señor. Pues entonces el desierto se convertirá en un Carmelo y el Carmelo en un desierto o carrascal. •
[16] Y la equidad o la virtud habitará entonces en el desierto y fijará su morada en el nuevo Carmelo la justicia o santidad.
[17] Y la obra o fruto de la justicia será la paz, y el efecto de esta justicia el sosiego y seguridad sempiterna. •
[18] Y reposará mi pueblo en hermosa mansión de paz, y en tabernáculo de perfecta seguridad, y en el descanso de la opulencia.
Se refiere a la nueva época de justicia y paz, distintivos de laera mesiánica.
[19] Pero abajo en el desierto caerá el pedrisco, y la ciudad quedará profundamente humillada. •
[20] Bienaventurados vosotros los que sembráis en tierras que todas abundan en aguas, y metéis en ellas al buey y al asno para cultivarlas. •