Ezequiel, 20
[1] Y sucedió que en el año séptimo, en el quinto mes, a diez días del mes, vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar al Señor, y se sentaron enfrente de mí. •
[2] Y me habló el Señor, diciendo: •
[3] Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel, y les dirás: Esto dice el Señor Dios: ¿Y vosotros venís a consultarme? Yo os juro que no os daré ninguna respuesta, dice el Señor Dios.
[4] Júzgalos a estos tales, ¡oh hijo de hombre!, júzgalos; muéstrales las abominaciones de sus padres. •
[5] Y les dirás: Así habla el Señor Dios: El día en que escogí yo a Israel, y extendí mi mano a favor de los de la casa de Jacob , y me manifesté a ellos en la tierra de Egipto, y levanté mi mano para protegerlos, diciendo: Yo seré el Señor Dios vuestro, •
[6] aquel día empleé mi poder para sacarlos de la tierra de Egipto, a una tierra que yo les tenía ya destinada, la cual mana leche y miel, tierra la más excelente de todas. •
[7] Y les dije: Arroje fuera cada uno aquello que fascina sus ojos, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto. Yo soy el Señor Dios vuestro. •
[8] Ellos me irritaron, y no quisieron escucharme; ninguno de ellos apartó de sí lo que fascinaba sus ojos, ni abandonó los ídolos de Egipto. Entonces dije yo que derramaría sobre ellos mi indignación, y desahogaría en ellos mi cólera en medio de la tierra de Egipto. •
[9] Pero no lo hice, y antes bien los saqué de la tierra de Egipto, para que mi Nombre no se viese vilipendiado entre las naciones, en medio de las cuales vivían, y entre las que les aparecí yo.
[10] Los saqué, pues, de la tierra de Egipto, y los conduje al desierto. •
[11] Les di en seguida mis mandamientos, y les enseñé mis leyes, en cuya observancia el hombre hallará la vida. •
[12] Además les instituí mis sábados o solemnidades, para que fuesen una señal entre mí y ellos, y conociesen que yo soy el Señor que los santifica. •
[13] Pero los hijos de la casa de Israel provocaron mi ira en el desierto, no se condujeron según mis mandamientos, y despreciaron mis leyes, que dan vida al que las observa, y violaron sobre manera mis sábados. Resolví, pues, derramar sobre ellos mi indignación en el desierto y destruirlos. •
[14] Mas por amor de mi Nombre hice de manera que no fuese vilipendiado entre las naciones, de entre las cuales, y a vista de las mismas, los había sacado de Egipto. •
[15] Yo también alcé mi mano contra ellos en el desierto, jurándoles que no los introduciría en la tierra que les di, tierra que mana leche y miel, la más excelente de todas las tierras;
[16] porque habían despreciado mis leyes y no vivieron según mis mandamientos, y profanaron mis sábados, pues su corazón se iba tras los ídolos.
[17] Pero los miré con ojos de misericordia y no les quité la vida, ni acabé con ellos en el desierto;
[18] antes bien dije yo allí a sus hijos: No sigáis los ejemplos de vuestros padres, ni imitéis su conducta, ni os contaminéis con sus ídolos.
[19] Yo soy el Señor Dios vuestro: Seguid mis mandamientos, observad mis leyes, y ponedlas en práctica;
[20] y santificad mis sábados para que sean un recuerdo entre mí y vosotros, y sepáis que yo soy el Señor Dios vuestro.
[21] Pero sus hijos me exasperaron, no anduvieron según mis preceptos, ni observaron mis leyes ni practicaron aquellas cosas en que el hombre halla la vida, y violaron mis sábados; por lo que les amenacé que derramaría mi indignación sobre ellos, y que desfogaría en ellos mi cólera en el desierto.
[22] Pero contuve otra vez mi mano, y esto por amor de mi Nombre, para que no fuese profanado delante de las naciones, de entre las cuales, y a la vista de las mismas, los había yo sacado.
[23] Nuevamente los amenacé en el desierto que los esparciría entre las naciones, y los dispersaría por toda la tierra, •
[24] por no haber observado mis leyes, y haber despreciado mis mandamientos, y profanado mis sábados y por haber vuelto a poner sus ojos en los ídolos de sus padres.
[25] Por esto, pues, les di en castigo preceptos no buenos, imperfectos, y leyes en las cuales no hallarán la vida. •
[26] Y los traté como inmundos en sus oblaciones, cuando por sus pecados ofrecían sus primogénitos; con lo que conocerán que yo soy el Señor. •
[27] Por este motivo, habla tú, ¡oh hijo de hombre!, a la casa de Israel, y le dirás: Esto dice el Señor Dios: Aun después de esto blasfemaron de mí vuestros padres, deshonrándome y vilipendiándome;
[28] pues habiéndolos yo llevado a la tierra que con juramento había prometido darles, pusieron los ojos en todo collado elevado y en todo árbol frondoso, y se fueron a inmolar allí sus víctimas, y a presentar allí sus ofrendas para irritarme, y allí quemaron suaves perfumes e hicieron libaciones.
[29] Y les dije yo entonces: ¿Qué viene a ser esa altura o collado a donde vais? Y el nombre de Altura le ha quedado hasta el día de hoy. •
[30] Por tanto di a la casa de Israel: Esto dice el Señor Dios: Ciertamente vosotros os contamináis siguiendo la conducta de vuestros padres, y os entregáis a la misma fornicación o idolatría que ellos. •
[31] Y con la ofrenda de vuestros dones a Moloc, cuando hacéis pasar por el fuego a vuestros hijos, os contamináis en gracia de todos vuestros ídolos hasta el día de hoy. Y después de esto, ¿queréis que yo os responda, oh hijos de Israel? Juro yo, dice el Señor Dios, que no os responderé. •
[32] Ni se efectuará lo que pensáis en vuestro corazón, diciendo: Adorando los leños y las piedras seremos nosotros felices como las naciones y pueblos de la tierra. •
[33] Yo os juro, dice el Señor, que dominaré sobre vosotros con mano pesada y con brazo extendido, derramando todo mi furor. •
[34] Y os sacaré de los pueblos, y os reuniré de los países por donde habéis sido dispersados y dominaré sobre vosotros con mano pesada y con brazo extendido, derramando todo mi furor.
En que os refugiasteis.
[35] Y os conduciré a un desierto o país despoblado, y allí entraré en juicio con vosotros, cara a cara. •
[36] Como disputé en juicio contra vuestros padres allá en el desierto de la tierra de Egipto, así entraré en juicio con vosotros, dice el Señor Dios.
[37] Y os someteré a mi cetro, y os haré entrar en los lazos de mi alianza. •
[38] Y entresacaré de en medio de vosotros los transgresores y los impíos, y los sacaré de la tierra en que habitan; pero no entrarán en la tierra de Israel; y conoceréis que yo soy el Señor. •
[39] A vosotros los de la familia de Israel, esto dice el Señor Dios: Váyase cada uno de vosotros en pos de vuestros ídolos, y dedíquese enhorabuena a su servicio. Que si ni con esto me escuchareis y siguiereis profanando mi santo Nombre con vuestras ofrendas y con vuestros ídolos; •
[40] yo sé que sobre mi santo monte sobre el excelso monte de Israel, dice el Señor Dios, allí me servirán algún día todos los de la familia de Israel; todos, digo, en aquella tierra, en la cual me serán gratos, y donde estimaré yo vuestras primicias y la ofrenda de vuestros diezmos, con todos los actos de vuestro culto sagrado. •
[41] Como suavísimo aroma, así me seréis agradables cuando os haya sacado de entre las naciones, y os haya recogido de todas las regiones por las cuales estáis dispersos; y se hará manifiesta en vosotros mi santidad a los ojos de las naciones. •
[42] Y conoceréis que yo soy el Señor, cuando os haya llevado a la tierra de Israel, a la tierra que yo juré que daría a vuestros padres. •
[43] Y allí os acordaréis de vuestros procederes, y de todas vuestras maldades, con las cuales os contaminasteis; y os incomodará la vista de vosotros mismos, por razón de todas las maldades que habéis cometido. •
[44] Y conoceréis, oh vosotros de la casa de Israel, que yo soy el Señor, cuando os colme de bienes por amor de mi Nombre, y no os trataré según vuestros malos procederes, ni según vuestras detestables maldades, dice el Señor Dios.
[45] Y me habló el Señor, diciendo: •
[46] Hijo de hombre, vuelve tu rostro hacia el mediodía, y dirige tu palabra hacia el lado del viento ábrego, y vaticina contra el bosque de la campiña del mediodía. •
Donde está la Judea.
[47] Y dirás al bosque del mediodía: Escucha la palabra del Señor: Esto dice el Señor Dios: Mira, yo pondré en ti fuego y abrasaré todos tus árboles, los verdes y los secos; no se apagará la llama del incendio, y arderá toda su superficie desde el mediodía hasta el norte. •
[48] Y conocerán todos los hombres que yo el Señor he puesto el fuego; y éste no se apagará.
[49] Y dije yo: ¡Ah, ah, Señor Dios! ¡Ah!, esto dicen ellos de mí: ¿Acaso no son parábolas oscuras lo que éste profiere? •