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Exodo, 18


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[1] Pues como hubiese oído Jetro, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todo lo que Dios había hecho a favor de Moisés y de Israel su pueblo, y cómo el Señor había sacado a Israel de Egipto,

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Este episodio de Jetro se cuenta por anticipación, pues sucedió en el campamento siguiente, cuando ya los israelitas habían recibido la ley. Moisés es el mediador de Dios. Si los capítulos anteriores presentan a Dios como protagonista, en adelante actuará con la mediación de personas y acontecimientos humanos. Deut 1; 6; 7; 8; 15.

[2] tomó a Séfora, mujer de Moisés, el cual se la había remitido,

[3] y a sus dos hijos, llamado el uno Gersam, por haber dicho el padre: He estado peregrino en tierra extraña;

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Ex. 2, 22.

[4] y el otro, Eliézer, porque dijo: El Dios de mi padre fue mi protector, y me libró de la espada del faraón.

[5] Jetro, pues, suegro de Moisés, vino a encontrarle con sus hijos y la mujer de éste, en el desierto en donde estaba acampado el pueblo, cerca del monte de Dios.

[6] Y envió aviso a Moisés, diciendo: Yo Jetro, suegro tuyo, vengo a encontrarte con tu mujer y tus dos hijos.

[7] Moisés, habiendo salido a recibir a su suegro, le hizo profunda reverencia, y le besó, y se saludaron recíprocamente con palabras afectuosas. Y así que hubieron entrado en el pabellón,

[8] contó Moisés a su suegro todos los prodigios que había hecho el Señor contra el faraón y los egipcios en favor de Israel, y todos los trabajos sufridos en el viaje, y cómo el Señor los había librado.

[9] Se alegró Jetro al oír todos los beneficios que el Señor había hecho a Israel, y de que le hubiese sacado del poder de los egipcios,

[10] y dijo: Bendito sea el Señor, que os ha librado de las manos de los egipcios y de las manos del faraón, y ha sacado a su pueblo del poder de Egipto.

[11] Ahora conozco bien que el Señor es grande sobre todos los dioses, como se ha visto con los egipcios, y así que se han levantado tan orgullosamente contra su pueblo.

[12] Ofreció, pues, Jetro, suegro de Moisés, holocausto y hostias a Dios; y fueron Aarón y todos los ancianos de Israel a comer con él en la presencia de Dios.

[13] Al día siguiente Moisés se sentó a despachar las causas del pueblo, el cual estaba alrededor de él desde la mañana hasta la noche.

[14] Lo que observado por su suegro es a saber, que acudía a todas las cosas del pueblo, dijo: ¿Qué viene a ser eso que practicas con el pueblo? ¿Por qué eres tú solo en dar audiencia, y está todo el pueblo esperando desde la mañana hasta la noche?

[15] Le respondió Moisés: Viene a mí el pueblo, a fin de oír la determinación de Dios.

[16] Y cuando se suscita entre ellos alguna diferencia, acuden a mí para que decida entre las partes, y les haga conocer los preceptos de Dios y sus leyes.

[17] No haces bien en eso, replicó Jetro.

[18] Con trabajo tan ímprobo te consumes, no solamente tú sino también este pueblo que te rodea. Es empeño superior a tus fuerzas; no podrás sobrellevarle tú solo.

[19] Escucha, pues, mis palabras y consejos, y Dios será contigo. Sé tú medianero del pueblo en las cosas pertenecientes a Dios, presentándole las súplicas que se le hacen,

[20] y enseñando al pueblo las ceremonias y los ritos del culto divino, y el camino que debe seguir, y las obras que debe practicar.

[21] Para lo demás escoge de todo el pueblo sujetos de firmeza y temerosos de Dios, amantes de la verdad y enemigos de la avaricia, y de ellos establece tribunos, centuriones, y cabos de cincuenta personas y de diez:

[22] los cuales sean jueces del pueblo continuamente. Y si ocurre alguna cosa grave, remítanla a ti, sentenciando ellos las de menos importancia; y así será para ti más llevadera la carga, partiéndola con otros.

[23] Si esto hiciereis, cumplirás las órdenes de Dios, y podrás cuidar que se ejecuten tus preceptos; y toda esta gente se volverá en paz a su morada.

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Moisés escucha los consejos de Jetro. Así se da origen a la institución de los jueces.

[24] Oídas estas razones, Moisés hizo todo lo que su suegro le había sugerido.

[25] Y habiendo escogido de todo Israel hombres de pulso y firmeza, los constituyó jefes del pueblo, tribunos y centuriones, y capitanes de cincuenta hombres, y de diez o decuriones.

[26] Los cuales administraban justicia al pueblo en todo tiempo, y las causas más graves las remitían a Moisés, juzgando ellos solamente las más fáciles.

[27] Después de esto se despidió de su suegro; el cual se volvió a su país.

Exodo, 18