Eclesiástico, 49
[1] La memoria de Josías es como una confección de aromas hecha por un hábil perfumero. •
[2] Será su nombre en los labios de todos dulce como la miel, y como un concierto de música en un banquete donde se bebe exquisito vino. •
[3] El fue destinado de Dios para la conversión del pueblo, y quitó las abominaciones de la impiedad. •
Destruyendo los altares de los ídolos y la idolatría.
[4] Dirigió su corazón hacia el Señor; y en los días del mayor desenfreno de los pecadores restableció la piedad. •
[5] A excepción de David, de Ezequías y de Josías, todos los otros pecaron; •
Favorecieron la idolatría o al menos la toleraron.
[6] porque los demás reyes de Judá abandonaron la ley del Altísimo, y despreciaron el santo temor de Dios. •
[7] Por esta causa tuvieron que ceder a otros el propio reino, y su gloria a una nación extranjera. •
[8] Por lo mismo incendiaron los caldeos la escogida y santa ciudad, y redujeron sus calles a un desierto, según la predicción de Jeremías. •
[9] Porque maltrataron a aquel que desde el vientre de su madre fue consagrado profeta para trastornar, arrancar y destruir, y después reedificar y restaurar. •
[10] Ezequiel es el que vio aquel espectáculo de gloria que el Señor le mostró en la carroza de los querubines. •
[11] Y habló después bajo la figura de la lluvia, de los castigos de los enemigos de Dios, y del bien que hace el Señor a los que andan por el recto camino. •
[12] Reverdezcan también, en el lugar donde reposan, los huesos de los doce profetas; pues restauraron a Jacob , y se salvaron a sí mismos por la virtud de su fe. •
[13] ¿Qué diremos para ensalzar a Zorobabel?, a Zorobabel que fue como un precioso anillo en la mano derecha de Dios. •
Esd. 3, 2; Ag 2.
[14] ¿Y qué diremos asimismo de Josué, hijo de Josedec? Ellos en sus días edificaron la casa de Dios, y levantaron el templo santo del Señor destinado para gloria sempiterna. •
[15] Durará también largo tiempo la memoria de Nehemías, el cual levantó nuestros arruinados muros, y repuso nuestras puertas y cerrojos, y reedificó nuestras casas. •
[16] No nació en la tierra otro hombre semejante a Enoc; el cual fue también arrebatado de ella. •
Aún estando vivo fue llevado de la tierra.
[17] Ni otro comparable a José, nacido para ser el príncipe de sus hermanos, el sostén de la nación, guía de sus hermanos y firme apoyo de su pueblo; •
Gn. 41, 40; 45, 4; 50, 20.
[18] cuyos huesos fueron visitados o trasladados; y así profetizaron después de su muerte. •
[19] Set y Sem fueron celebrados entre los hombres por su virtud; y sobre todos Adán por razón de su origen inmediato de Dios. •