Eclesiástico, 46
[1] Esforzado en la guerra fue Josué, hijo de Navé, sucesor de Moisés en el don de la profecía; el cual fue grande, como denota su nombre. •
[2] Fue más que grande en salvar a los escogidos de Dios, en sojuzgar a los enemigos que se levantaban contra él, y en conseguir para Israel la herencia. •
[3] ¡Cuánta gloria alcanzó teniendo levantado su brazo, y vibrando la espada contra aquellas ciudades de los amorreos! •
[4] ¿Quién antes de él combatió así, o hizo estas proezas? Porque el mismo Señor le puso en sus manos los enemigos. •
[5] ¿No es así que al ardor de su celo se detuvo el sol, por lo que un día llegó a ser casi como dos? •
[6] Invocó al Altísimo Todopoderoso mientras lo estaban batiendo por todos lados los enemigos; y el grande, el santo Dios oyendo su oración envió un furioso granizo de piedras de mucho peso. •
[7] Se arrojó impetuosamente sobre las huestes enemigas, y en la bajada de Bet-Horón arrolló a los contrarios; •
[8] para que conociesen las naciones el poder de Dios, contra quien no es fácil combatir. Fue siempre en pos del Omnipotente; •
[9] y en vida de Moisés hizo una obra muy buena junto con Caleb, hijo de Jefone, resolviendo hacer frente al enemigo, arredrando al pueblo de pecar, y apaciguando el sedicioso murmullo que causaron los otros exploradores. •
[10] Estos dos fueron aquellos que del número de seiscientos mil hombres salieron salvos de todo peligro, y quedaron vivos para conducir al pueblo a la posesión de la tierra que mana leche y miel.
[11] Y al mismo Caleb le dio el Señor gran valor, y lo conservó vigoroso hasta la vejez, para subir a ocupar la montaña de Hebrón en la tierra prometida, que fue la herencia de sus descendientes; •
[12] a fin de que viesen todos los hijos de Israel cuán bueno es el obedecer al santo Dios.
[13] Loados sean también los jueces, cada uno por su nombre, aquellos cuyo corazón no fue pervertido, porque no se apartaron del Señor; •
[14] a fin de que sea bendita la memoria de ellos, y reverdezcan sus huesos allá donde reposan, •
[15] y dure para siempre su nombre, y pase a sus hijos con la gloria de aquellos santos varones.
[16] Samuel, querido del Señor Dios suyo, y profeta del Señor, estableció un nuevo gobierno, y ungió y puso reyes en su nación. •
[17] Juzgó, o gobernó, al pueblo según la ley del Señor, y Dios miró benigno a Jacob ; y Samuel por su fidelidad fue reconocido por profeta, •
[18] habiendo sido hallado fiel en sus palabras o vaticinios, como quien había visto al Dios de la luz. •
[19] Y mientras combatía contra los enemigos que lo estrechaban por todas partes, invocó al Señor Todopoderoso con la ofrenda de un cordero inmaculado. •
[20] Y tronó el Señor desde el cielo, y con gran estruendo hizo sentir su voz,
[21] con lo que destrozó los príncipes de los tirios y a todos los caudillos de los filisteos. •
[22] Y antes que terminase su vida y saliese del mundo, protestó públicamente en la presencia del Señor y de su Ungido, o rey ungido, que de nadie había recibido dinero, ni siquiera unas sandalias; y ninguno entre todos tuvo de qué acusarle. •
[23] Después de esto murió, y se apareció al rey Saúl, y le notificó el fin de su vida, y alzó su voz desde bajo de la tierra, profetizando la destrucción de la impiedad del pueblo. •