Ester, 10
[1] El rey Asuero había hecho tributaria toda la tierra con todas las islas del mar; •
[2] y en los libros o anales de los medos y persas se halla escrito cuál fue su poder y dominio; y cuán alto grado de grandeza, sublimó a Mardoqueo,
[3] En este verso termina el texto griego. Vienen luego algunos capítulos que aparecen en el texto latino de la Vulgata y que varias ediciones insertan dentro de los capítulos anteriores. En esta edición se conserva el orden de la Vulgata. •
[3] y cómo este Mardoqueo, judío de nación, vino a ser la segunda persona después del rey Asuero; y cómo fue eminente entre los judíos, y universalmente querido de todos sus hermanos, como quien procuraba el bien de su pueblo y se interesaba en todo lo perteneciente a la prosperidad de su nación.
En este verso termina el texto griego. Vienen luego algunos capítulos que aparecen en el texto latino de la Vulgata y que varias ediciones insertan dentro de los capítulos anteriores. En esta edición se conserva el orden de la Vulgata. CAPITULO 11
[4] 2 Re 24, 6-15. •
[4] Entonces Mardoqueo dijo: Esto es obra de Dios.
[5] Me acuerdo de un sueño que tuve, el cual significaba estas mismas cosas, y ninguna de ellas ha quedado sin cumplirse. •
[6] Vi una pequeña fuente que creció hasta hacerse un río; después se convirtió en una luz y en un sol; y salió de madre por la abundancia de sus aguas. Esta fuente es Ester, a quien el rey tomó por mujer, y escogió por reina. •
[7] Los dos dragones que vi, somos yo y Amán.
[8] Las gentes que se coligaron, son aquellos que intentaron borrar el nombre judaico.
[9] Mi gente es Israel, la cual clamó al Señor, y el Señor salvó a su pueblo; librándonos de todos los males, y obrando grandes milagros y portentos entre los gentiles.
[10] Y mandó que se pusiesen dos suertes, una para el pueblo de Dios, y otra para las demás naciones; •
[11] y ambas suertes salieron fuera delante del Señor para todas las gentes, en el día señalado ya desde aquel tiempo. •
[12] Y se acordó el Señor de su pueblo, y tuvo compasión de su herencia. •
[13] Por lo que los días catorce y quince del mes de Adar deben solemnizarse con toda la devoción y júbilo por todo el pueblo congregado en cuerpo, mientras haya descendencia del pueblo de Israel.