Deuteronomio, 19
[1] Cuando el Señor Dios tuyo hubiere destruido las naciones, cuya tierra te ha de dar, y tú la poseyeres, y habitares en sus ciudades y casas,
Moisés había señalado tres ciudades de refugio en los países conquistados. Dt. 4, 43; Nm. 35, 11.
[2] separarás tres ciudades en medio del país, cuya posesión te dará el Señor tu Dios. •
[3] allanando con cuidado el camino, y dividiendo en tres partes iguales toda la extensión de tu tierra, a fin de que así tenga lugar cercano a donde poder refugiarse quien anda huyendo por razón de homicidio involuntario. •
Una ciudad en cada parte.
[4] Esta será la ley o calidad del homicida fugitivo, cuya vida debe salvarse: el que hiriere a su prójimo sin advertirlo, y de quien no consta que tuviese el día antes o el otro más allá ningún rencor contra él; •
[5] sino que de buena fe salió, por ejemplo, con él al bosque a cortar leña, y al tiempo de cortarla se le fue el hacha de la mano, y saltando el hierro del mango hirió y mató a su amigo: este se refugiará en una de las sobredichas ciudades y salvará la vida:
[6] no sea que arrebatado de dolor algún pariente de aquel cuya sangre fue derramada, le persiga y prenda si el camino es muy largo, y le quite la vida; no siendo reo de muerte, puesto que no se prueba que hubiese antes tenido odio alguno contra el muerto. •
[7] Por eso te mando yo que repartas las tres ciudades a iguales distancias entre sí. •
[8] Pero en ensanchando el Señor Dios tuyo tus términos, como lo tiene jurado a tus padres, y en dándote toda la tierra que les prometió •
[9] (con la condición de que guardes sus mandamientos y hagas lo que hoy te mando, esto es, que ames a tu Señor Dios y sigas sus caminos en todo tiempo), añadirás otras tres ciudades a las sobredichas, duplicando así el número de ciudades de refugio:
No se señalaron estas otras tres ciudades, porque los judíos no cumplieron la condición.
[10] a fin de que no se derrame sangre inocente en medio de la tierra cuya posesión te dará el Señor Dios tuyo; ni tú seas reo de este derramamiento. •
[11] Mas si alguno, por el odio que tiene a su prójimo, armare asechanzas a su vida, y arremetiendo contra él le hiere y matare, huyéndose después a una de las ciudades sobredichas: •
[12] los ancianos de la ciudad de él enviarán a sacarle del lugar de asilo; y prendiéndole le entregarán en mano del pariente del muerto, y se le quitará la vida. •
Después de juzgado el reo.
[13] No tendrás lástima de él; y con eso quitarás de en medio de Israel el crimen cometido por la efusión de sangre inocente; a fin de que te vaya prósperamente. •
[14] No te apropiarás, ni traspasarás los lindes de tu prójimo, que fijaron los mayores en tu heredad que te dará el Señor Dios en la tierra de que has de tomar posesión. •
[15] No bastará para condenar a nadie un solo testigo, cualquiera que sea el pecado y el crimen; sino que todo se decidirá por disposición de dos o tres testigos. •
[16] Si un testigo falso depone contra un hombre, acusándole de prevaricación, •
[17] comparecerán los dos cuya causa se trata ante el Señor en presencia de los sacerdotes y jueces que fueran en aquellos días. •
[18] Y si después de una exacta pesquisa, hallaren que el testigo falso ha dicho mentira contra su hermano, •
[19] le impondrán la pena que él intentó hacer caer sobre su hermano, y así arrancarás el mal de en medio del pueblo;
[20] para que oyéndolo los demás entren en temor, y de ningún modo osen hacer tales cosas. •
[21] No te compadecerás de él: sino que le harás pagar vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie. •
Una pena proporcional al delito.