II Crónicas, 31
[1] Concluidas todas las ceremonias de la fiesta, salieron todos los israelitas que moraban en las ciudades de Judá, e hicieron pedazos los ídolos, y cortaron los bosques a ellos dedicados, y derribaron los adoratorios de los lugares altos, y destruyeron los altares; no sólo en todo el país de Judá y de Benjamín, sino también de Efraín y Manasés; ni pararon hasta no dejar rastro de ellos; y después de esto se volvieron todos los hijos de Israel a sus posesiones y ciudades. •
[2] Y Ezequías restableció las clases de los sacerdotes y levitas según sus turnos, poniendo a cada uno, así de los sacerdotes como de los levitas, en su propio oficio, para que ofreciesen los holocaustos y las víctimas pacíficas, a fin de que sirviesen y glorificasen a Dios, y cantasen en las puertas del campamento o atrios de la casa del Señor. •
[3] Corría de cuenta del rey suministrar el holocausto perpetuo, que siempre se ofrece por mañana y tarde; como también los que se ofrecen los sábados, y calendas, y demás fiestas solemnes, como está escrito en la ley de Moisés. •
[4] Mandó asimismo al pueblo establecido en Jerusalén que diese a los sacerdotes y levitas sus porciones a fin de que pudiesen ocuparse en las cosas de la ley del Señor. •
[5] Promulgado el edicto al pueblo, al instante los hijos de Israel ofrecieron gran cantidad de primicia de trigo, de vino y de aceite, y también de miel; y ofrecieron el diezmo de cuanto produce la tierra. •
[6] Del mismo modo los hijos de Israel y de Judá, que habitaban en las ciudades de Judá, ofrecieron el diezmo de los bueyes y de las ovejas, y el diezmo de las cosas consagradas, que tenían ofrecidas con voto al Señor Dios suyo; y trayendo todas estas cosas formaron de ellas grandes acopios. •
[7] El mes tercero comenzaron a formar estos acopios y acabaron el séptimo. •
[8] Y entrando allí Ezequías y sus cortesanos, al ver los montones, bendijeron al Señor, y elogiaron al pueblo de Israel.
[9] Y preguntó Ezequías a los sacerdotes y levitas, por qué estaban allí por tierra aquellos montones.
[10] Le respondió Azarías, del linaje de Sadoc, primer sacerdote, diciendo: Desde que comenzaron a ofrecerse las primicias en la casa del Señor, hemos comido de ellas hasta saciarnos; pero es muchísimo lo que ha sobrado, porque el Señor ha echado la bendición sobre su pueblo; y esta abundancia que ves es de lo que sobró. •
[11] Mandó, pues, Ezequías que dispusiesen almacenes en la casa del Señor; lo cual ejecutado, •
[12] metieron en ellos fielmente, tanto las primicias como los diezmos, y las ofrendas por voto. Se encargó la superintendencia o custodia de todo esto a Conenías, levita, y en segundo lugar a Semei, su hermano. •
[13] Y después de éste a Jahiel, y a Azarías, y a Nahat, y a Asael, y a Jerimot, y a Jozabad, y a Eliel, y a Jesmaquías y a Mahat, y a Banaías, que fueron los administradores bajo las órdenes de Conenías, y de Semei, su hermano, por mandato del rey Ezequías , y de Azarías, sumo sacerdote de la casa de Dios, a quienes se daba cuenta de todo. •
[14] Por otra parte, Coré, hijo de Jemna, levita y ostiario de la puerta oriental, estaba encargado de los dones que se ofrecían voluntariamente al Señor, y de las primicias para uso del lugar santísimo. •
[15] Estaban bajo sus órdenes Edén, y Benjamín, y Jesué, y Semeías, y Amarías, y Sequenías en las ciudades sacerdotales para distribuir fielmente las porciones a sus hermanos, así pequeños como grandes;
[16] y (además de los varones de tres años arriba) a todos aquellos que tenían entrada en el templo del Señor; y en fin, para proveer diariamente de todo lo conducente a los diferentes ministerios y oficios según sus clases. •
[17] Igualmente a los sacerdotes y levitas de veinte años arriba, según sus familias, clases y número, •
[18] y a toda la multitud, así de sus mujeres como de sus hijos de ambos sexos, se suministraban fielmente alimentos de las cosas que habían sido ofrecidas. •
[19] Asimismo, de los hijos de Aarón había algunos que estaban distribuidos por la campiña y calles de cada ciudad para repartir las raciones a todos los hijos varones de la estirpe sacerdotal y levítica. •
[20] Hizo, pues, Ezequías todas estas cosas que hemos dicho en todo el reino de Judá; y obró lo que era bueno, recto y justo delante del Señor Dios suyo, •
[21] en todo aquello que exigía el ministerio de la casa del Señor, según la ley y las ceremonias, deseoso de complacer a su Dios con todo su corazón; lo hizo así, y todo le salió prósperamente.