logo burning flame
homeEditions
logo burning flame

II Corintios, 10


add another edition

[1] Mas yo, Pablo, aquel mismo Pablo que, como dicen mis enemigos, parezco tan pequeño o humilde estando entre vosotros, pero que ausente soy para con vosotros osado, o imperioso, os suplico encarecidamente por la mansedumbre y modestia de Cristo ,

[2] os suplico, digo, que hagáis de manera que no me vea obligado, cuando esté entre vosotros, a obrar con esa osadía que se me atribuye, con respecto a ciertos sujetos que se imaginan que procedemos según la carne, o por miras humanas.

[3] Porque aunque vivimos en carne miserable, no militamos según la carne.

[4] Pues las armas con que combatimos no son carnales, sino que son poderosísimas en Dios para derrocar fortalezas, destruyendo nosotros con ellas los proyectos o raciocinios humanos,

show note 1

Pablo emplea metáforas de la vida militar. La predicación del Evangelio es un combate. Las fortalezas enemigas representan lo que se opone a Dios y que, lejos de producir libertad, esclavizan la mente. 2Co. 6, 7; 1Tm. 1, 18.

[5] y toda altanería de espíritu que se engríe contra la ciencia o el conocimiento de Dios, y cautivando todo entendimiento a la obediencia de Cristo ,

[6] y teniendo en la mano el poder para vengar toda desobediencia, para cuando hubiereis satisfecho a lo que la obediencia exige de vuestra parte.

[7] Mirad las cosas al menos según se dejan ver. Si alguno se precia de ser de Cristo , considere así mismo para consigo que así como él es de Cristo , también lo somos nosotros.

[8] Porque, aun cuando yo me gloriase un poco más de la potestad que el Señor nos dio para vuestra edificación, y no para vuestra ruina, no tendré de qué avergonzarme;

[9] pero me abstengo, porque no parezca que pretendo aterraros con mis cartas,

[10] ya que ellos andan diciendo: Las cartas, sí, son graves y vehementes; mas el aspecto de la persona es ruin, y despreciable o tosco su lenguaje.

[11] Sepa aquel que así habla, que cuando nos hallemos presentes, obraremos de la misma manera que hablamos en nuestras cartas, estando ausentes.

[12] A la verdad no nos atrevemos a ponernos en la clase de ciertos sujetos que se ensalzan a sí mismos, ni a compararnos con ellos; sino que nos medimos por lo que somos, comparándonos con nosotros mismos.

[13] Por tanto, no nos gloriaremos desmesuradamente, sino a medida de la regla que Dios nos ha dado, medida que alcanza hasta vosotros.

[14] Porque no hemos excedido los límites, como si no alcanzásemos hasta vosotros, puesto que hasta vosotros hemos llegado predicando la buena nueva de Cristo ;

[15] ni nos gloriamos desmesuradamente atribuyéndonos las fatigas de otros; esperamos, sí, que yendo vuestra fe siempre en aumento, haremos, sin salir de nuestros límites, mayores progresos entre vosotros,

[16] llevando también la buena nueva a otras partes que están más allá de vosotros, ni nos gloriaremos de aquello que esté cultivado dentro del término a otros señalado.

[17] Por lo demás, el que se gloría, gloríese en el Señor.

[18] Pues no es aprobado quien se abona a sí mismo; sino aquel a quien Dios abona o alaba.

II Corintios, 10