Tobías, 13
[1] Y abriendo su boca el viejo Tobías bendijo al Señor, diciendo: Grande eres tú, oh Señor, desde la eternidad; y tu reino dura por todos los siglos. •
Este himno es una acción de gracias. Su estilo es similar al de muchos salmos.
[2] Porque tú hieres, y das salud; tú conduces al hombre hasta el sepulcro y le resucitas, sin que nadie pueda sustraerse de tus manos. •
[3] Bendecid al Señor, oh hijos de Israel, y alabadle en presencia de las naciones.
[4] Pues por eso os ha esparcido entre las gentes que no lo conocen, para que vosotros publiquéis sus maravillas, y les hagáis conocer que no hay otro Dios Todopoderoso fuera de él. •
[5] El nos ha castigado a causa de nuestras iniquidades; y él mismo nos salvará por su misericordia. •
[6] Considerad, pues, lo que ha hecho con nosotros; y glorificadlo con temor y temblor; y ensalzad con vuestras obras al Rey de los siglos.
[7] Yo asimismo lo glorificaré en la tierra de mi cautiverio; porque ha hecho ostensión de su poder y majestad sobre una nación pecadora. •
[8] Convertíos, pues, oh pecadores, y sed justos delante de Dios, y creed que usará con vosotros de su misericordia.
[9] Entretanto yo me regocijaré en él, y él será la alegría de mi alma. •
[10] Bendecid al Señor todos vosotros sus escogidos, tened días alegres, y tributadle alabanzas.
[11] Oh Jerusalén , ciudad de Dios, el Señor te ha castigado por causa de tus malas obras. •
[12] Glorifica al Señor por los beneficios que te ha hecho, y bendice al Dios de los siglos, para que reedifique en ti su Tabernáculo, y te restituya todos los cautivos, y te goces por los siglos de los siglos. •
[13] Brillarás con luz resplandeciente; y serás adorada en todos los términos de la tierra. •
[14] Vendrán a ti las naciones lejanas; y trayendo dones, adorarán en ti al Señor, y tendrán tu tierra por santa. •
[15] Porque dentro de ti invocarán ellas el Nombre grande del Señor. •
[16] Malditos serán los que te despreciaren, y condenados todos los que te blasfemaren; y aquellos que te edificaren, serán benditos de Dios. •
[17] Tú te regocijarás en tus hijos, porque todos serán benditos, y se reunirán con el Señor en una misma fe. •
[18] Bienaventurados todos los que te aman, y se regocijan por tu paz y felicidad. •
[19] Oh alma mía, bendice al Señor; porque el Señor Dios nuestro ha librado a su ciudad de Jerusalén de todas sus tribulaciones. •
[20] Dichoso seré yo, si algunas reliquias de mi descendencia lograren ver el esplendor y la gloria venidera de Jerusalén. •
[21] De zafiros y de esmeraldas serán entonces labradas las puertas de Jerusalén , y de piedras preciosas todo el circuito de sus muros. •
[22] Todas sus calles serán enlosadas de piedras blancas y relucientes; y en todos sus barrios se oirán cantar aleluyas. •
[23] Bendito sea el Señor que la ha ensalzado; y reine en ella por los siglos de los siglos, Amén.