Romanos, 14
[1] Tratad con caridad al que todavía es débil en la fe o poco instruido en ella, sin andar con él en disputas de opiniones. •
[2] Porque tal hay que tiene por lícito el comer de todo, mientras el débil no comerá sino legumbres, o verduras. •
[3] El que de todo come, no desprecie ni condene al que no se atreve a comer de todo; y el que no come de todo, no se meta en juzgar al que come; pues Dios le ha recibido por suyo o en su Iglesia.
[4] ¿Quién eres tú para juzgar al que es siervo de otro? Si cae, o si se mantiene firme, esto pertenece a su amo; pero firme se mantendrá, pues poderoso es Dios para sostenerlo. •
[5] Del mismo modo también uno hace diferencia entre día y día, al paso que otro tiene todos los días por iguales, cada uno obre según le dicte su recta conciencia. •
[6] El que hace distinción de días, la hace para agradar al Señor. Y el que come de todo para agradar al Señor come, pues da gracias a Dios. Y el que se abstiene de ciertas viandas, por respeto al Señor lo hace; y así es que da gracias a Dios. •
[7] Como quiera que ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno de nosotros muere para sí.
[8] Que como somos de Dios, si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos para el Señor morimos. Ora, pues, vivamos, ora muramos, del Señor somos.
[9] Porque a este fin murió Cristo , y resucitó, para redimirnos y adquirir un soberano dominio sobre vivos y muertos.
[10] Ahora bien, ¿por qué tú que sigues todavía la ley condenas a tu hermano?; o ¿por qué tú que no la sigues desprecias a tu hermano que aún la guarda? No le juzgues, porque todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cris-to. •
[11] Pues escrito está: Yo juro por mí mismo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, y que toda lengua o nación ha de confesar que soy Dios. •
[12] Así que cada uno de nosotros ha de dar cuenta a Dios de sí mismo.
[13] No nos juzguemos, pues, ya más unos a otros; pensad sí, y poned cuidado en no causar tropiezo o escándalo al hermano. •
[14] Yo bien sé, y estoy seguro según la doctrina del Señor Jesús , que ninguna cosa es de suyo inmunda, sino que viene a ser inmunda para aquel que por tal la tiene. •
[15] Mas si por lo que comes, tu hermano se estristece y escandaliza, ya tu proceder no es conforme a caridad. No quieras por tu manjar perder a aquel por quien Cristo murió. •
[16] No se dé, pues, ocasión a que se blasfeme de nuestro bien. •
[17] Que no consiste el reino de Dios en comer, ni en beber esto o aquello, sino en la justicia, en la paz y en el gozo del Espíritu Santo. •
[18] Pues el que así sirve a Cristo , agrada a Dios, y tiene la aprobación de los hombres.
[19] En suma, procuremos las cosas que contribuyen a la paz, y observemos las que pueden servir a nuestra mutua edificación.
[20] No quieras por un manjar destruir la obra de Dios, escandalizando al prójimo. Es verdad que todas las viandas son limpias; pero hace mal el hombre al comer de ellas con escándalo de los otros. •
[21] Y al contrario, hace bien en no comer carne, y en no beber vino, ni en tomar otra cosa por la cual su hermano se ofende, o se escandaliza, o se debilita en la fe. •
[22] ¿Tienes tú una fe ilustrada?; tenla para contigo delante de Dios y obra según ella. Dichoso aquel que no es condenado por su misma conciencia en lo que resuelve. •
De que ya no obligan las observancias de la ley antigua.
[23] Pero aquel que hace distinción de viandas, si come contra su conciencia, es condenado por ella misma, porque no obra de buena fe. Y todo lo que no es según la fe o dictamen de la conciencia, pecado es. •