logo burning flame
homeEditions
logo burning flame

Mateo, 21


add another edition

[1] Acercándose a Jerusalén , luego que llegaron a la vista de Befage, al pie del monte de los Olivos, despachó Jesús a dos discípulos,

show note 1

Este monte estaba cerca del de Sión. Entre éste y Jerusalén estaba el valle de Josafat.

[2] diciéndoles: Id a esa aldea que se ve enfrente de vosotros, sin más diligencia encontraréis un asna atada, y su burrito con ella; desatadlos, y traédmelos.

[3] Que si alguno os dijera algo, respondedle que los necesita el Señor; y al punto os los dejará llevar.

[4] Todo esto sucedió en cumplimiento de lo que dijo el profeta:

show note 1

Is. 62, 11; Zc. 9, 9.

[5] Decid a la hija de Sión: Mira que viene a ti tu rey lleno de mansedumbre, sentado sobre un asna y su burrito, hijo de la que está acostumbrada al yugo.

[6] Idos los discípulos, hicieron lo que Jesús les mandó;

[7] y trajeron el asna y el pollino, y los aparejaron con sus vestidos, y le hicieron sentar encima.

[8] Y una gran muchedumbre tendía por el camino sus vestidos; otros cortaban ramos u hojas de los árboles, y los ponían por donde había de pasar.

[9] Y tanto las gentes que iban delante, como las que venían detrás, clamaban diciendo: ¡Hosanna, al Hijo de David! ¡Bendito sea el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en lo más alto de los cielos!

show note 1

Hosanna, acalamación hebrea que se puede traducirSalud, Salve oViva.

[10] Cuando entró en Jerusalén , se conmovió toda la ciudad, diciendo muchos: ¿Quién es éste?

[11] A lo que respondían las gentes: Este es Jesús , el profeta de Nazaret de Galilea.

[12] Habiendo entrado Jesús en el templo de Dios, echó fuera de él a todos los que vendían allí y compraban, y derribó las mesas de los banqueros o cambiantes, y las sillas de los que vendían las palomas para los sacrificios.

show note 1

En el atrio.

[13] Y les dijo: Escrito está: Mi casa será llamada casa de oración; mas vosotros la tenéis hecha una cueva de ladrones.

[14] Al mismo tiempo se acercaron a él en el templo varios ciegos y cojos y los curó.

[15] Pero los príncipes de los sacerdotes y los escribas, al ver las maravillas que hacía, y los niños que le aclamaban en el templo, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron,

[16] y le dijeron: ¡Oyes tú lo que dicen éstos? Jesús les respondió: Sí, por cierto; pues ¿no habéis leído jamás la profecía: De la boca de los infantes y niños de pecho es de donde sacaste la más perfecta alabanza?

[17] Y dejándolos, salió fuera de la ciudad a Betania, y se quedó allí.

[18] La mañana siguiente, volviendo a la ciudad, tuvo hambre.

[19] Y viendo una higuera junto al camino, se acercó a ella; en la cual, no hallando sino solamente hojas, le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto; y la higuera quedó luego seca.

[20] Lo que viendo los discípulos, se maravillaron y decían: ¿Cómo se ha secado en un instante?

[21] Y respondiendo Jesús , les dijo: En verdad os digo que si tenéis fe y no andáis vacilando, no solamente haréis esto de la higuera, sino que aun cuando digáis a ese monte: Arráncate y arrójate al mar, así lo hará;

[22] y todo cuanto pidiereis en la oración, como tengáis fe, lo alcanzaréis.

[23] Llegado al templo, se acercaron a él, cuando estaba ya enseñando, los príncipes de los sacerdotes y los ancianos o senadores del pueblo, y le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces estas cosas, y quién te ha dado tal potestad?

[24] Les respondió Jesús : Yo también quiero haceros una pregunta, y si me respondéis a ella, os diré luego con qué autoridad hago estas cosas.

[25] El bautismo de Juan, ¿de dónde era?, ¿del cielo o de los hombres? Mas ellos discurrían para consigo, diciendo:

[26] Si respondemos del cielo, nos dirá: ¿Pues por qué no habéis creído en él? Si respondemos de los hombres, tenemos que temer al pueblo (porque todos miraban a Juan como un profeta).

[27] Por tanto, contestaron a Jesús , diciendo: No lo sabemos: Les replicó él en seguida: Pues yo tampoco os diré a vosotros con qué autoridad hago estas cosas.

[28] ¿Y qué os parece lo que voy a decir? Un hombre tenía dos hijos, y llamando al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña;

[29] y él respondió: No quiero. Pero después, arrepentido, fue.

[30] Llamando al segundo, le dijo lo mismo, y aunque él respondió: Voy, Señor, no fue.

[31] ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? El primero, dijeron ellos. Y Jesús prosiguió: En verdad os digo que los publicanos y las rameras os precederán y entrarán en el reino de Dios:

[32] por cuanto vino Juan a vosotros por las sendas de la justicia, y no le creísteis; al mismo tiempo que los publicanos y las rameras le creyeron. Mas vosotros ni con ver esto os movisteis después a penitencia para creer en él.

[33] Escuchad otra parábola. Erase un padre de familia que plantó una viña y la cercó de vallado; y cavando hizo en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó después a ciertos labradores, y se ausentó a un país lejano.

[34] Venida ya la sazón de los frutos, envió sus criados a los renteros para que percibiesen el fruto de ella.

[35] Mas los renteros, acometiendo a los criados, apalearon al uno, mataron al otro, y al otro le apedrearon.

[36] Por segunda vez envió nuevos criados en mayor número que los primeros, y los trataron de la misma manera.

[37] Por último les envió a su hijo, diciendo para consigo: A mi hijo, por lo menos, le respetarán.

[38] Pero los renteros, al ver al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y nos alzaremos con su herencia.

[39] Y agarrándole le echaron fuera de la viña, y le mataron.

[40] Ahora bien, volviendo el dueño de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?

[41] Hará, dijeron ellos, que esta gente tan mala perezca miserablemente, y arrendará su viña a otros labradores que le paguen los frutos a sus tiempos.

[42] ¿Pues no habéis jamás leído en las Escrituras, les añadió Jesús : La piedra que desecharon los fabricantes, esa misma vino a ser la clave del ángulo? El Señor es el que ha hecho esto en nuestros días, y es una cosa admirable a nuestros ojos.

[43] Por lo cual os digo que os será quitado a vosotros el reino de Dios, y dado a gentes que rindan frutos de buenas obras.

[44] Ello es, que quien se escandalizare o cayere sobre esta piedra, se hará pedazos; y ella hará añicos a aquel sobre quien cayere el día del juicio.

[45] Oídas estas parábolas de Jesús , los príncipes de los sacerdotes y los fariseos entendieron que hablaba por ellos;

[46] y queriendo prenderle, tuvieron miedo al pueblo; porque era mirado como un profeta.

Mateo, 21