Jonás, 3
[1] Y habló el Señor por segunda vez a Jonás , diciéndole: •
[2] Anda y ve a Nínive, ciudad grande, y predica en ella aquello que yo te digo. •
[3] Marchó, pues, Jonás , y se dirigió a Nínive, según la orden del Señor. Era Nínive una ciudad grandísima, eran necesarios tres días para recorrerla. •
[4] Y comenzó Jonás a recorrer la ciudad, y anduvo por ella un día clamando y diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. •
[5] Y creyeron los ninivitas en la palabra de Dios, y publicaron el ayuno, y se vistieron todos pequeños y grandes de sacos o cilicios. •
[6] Y llegó la noticia al rey de Nínive, y se levantó del trono, y despojándose de sus regias vestiduras, se vistió de saco, y se sentó sobre la ceniza. •
[7] En seguida se publicó en Nínive una orden del rey y de sus principales magnates que decía: Ni hombres ni bestias nada coman; no salgan a pacer ni a beber los bueyes y ganados; •
Ayuno, oración y enmienda, expresiones de la conversión. Est. 1, 13-21; 8, 8; Dn. 6, 8.
[8] hombres y bestias cúbranse con sacos y arreos de luto, y clamen aquellos con todo ahínco al Señor, convirtiéndose cada uno de su mala vida e inicuo proceder:
[9] ¿Quién sabe si así cambiará el Señor su designio, y nos perdonará; y si se aplacará el furor de su ira, de suerte que no perezcamos? •
[10] Viendo, pues, Dios las obras de penitencia que hacían, y cómo se habían convertido de su mala vida, se movió a misericordia, y no les envió los males que había decretado. •