Cantares, 4
[1] ¡Qué hermosa eres, amiga mía, qué hermosa eres! Como de paloma, así son vivos y brillantes tus ojos, además de lo que dentro se oculta. Tus cabellos dorados y finos, como el pelo de los rebaños de cabras que vienen del monte Galaad. •
[2] Tus dientes blancos y bien unidos como hatos de ovejas trasquiladas, acabadas de lavar, todas con dobles crías, sin que haya entre ellas una estéril. •
[3] Como cinta de escarlata tus labios, dulce tu hablar y sonoro. Como cacho o roja corteza de granada tales son tus mejillas, además de lo que dentro se oculta. •
[4] Tu cuello es recto y airoso, como la torre de David, ceñida de baluartes, de la cual cuelgan mil escudos, arneses todos de valientes. •
[5] Tus dos pechos son como gamitos mellizos, que están paciendo entre blancas azucenas, •
[6] hasta el caer del día, y el declinar de las sombras. Subiré a buscarte al monte de la mirra y al collado del incienso. •
[7] Toda tú eres hermosa, ¡oh amiga mía!, no hay defecto alguno en ti. •
[8] Ven, desciende del Líbano, esposa mía, vente del Líbano; ven y serás coronada; ven de la cima del monte Amaná de las cumbres de Sanir y del Hermón, de esos lugares guarida de leones, de esos montes morada de leopardos. •
[9] Tú heriste mi corazón, ¡oh hermana mía esposa!; •
[10] más agradable son que el vino exquisito; y la fragancia de tus perfumes o vestidos excede a todos los aromas. •
[11] Son tus labios, ¡oh esposa mía!, un panal que destila miel; miel y leche tienes debajo de la lengua; y es el olor de tus vestidos como olor de suavísimo incienso. •
Los novios llevaban una corona o guirnalda sobre su cabeza y ésta se la ponía su madre. Is. 61, 10.
[12] Huerto cerrado eres, hermana mía esposa, huerto cerrado, fuente sellada. •
[13] Tus renuevos o plantas de ese huerto, forman un vergel delicioso de granados, con frutos dulces como de manzanos: son cipros con nardos. •
[14] Nardo y azafrán, caña aromática y cinamomo, con todos los árboles odoríferos del Líbano; la mirra y el áloe con todos los aromas más exquisitos. •
De olor muy delicado. El amado simboliza la belleza de su amada con las plantas aromáticas.
[15] Tú, la fuente de los huertos, el pozo de aguas vivas, que bajan con ímpetu del monte Líbano. •
[16] Retírate, ¡oh Aquilón!, y ven tú, ¡oh viento Austro!, a soplar en todo mi huerto y que se esparzan sus aromas por todo el mundo. •